Muchas dudas sobre el resultado final del juicio
De mantenerse el fallo sin cambios, tendría consecuencias sobre las deudas de varios países de Europa.
Por Eduardo Cardenal (Clarín)
El miércoles a última hora se conoció que el
juez Thomas Griesa, de Nueva York, falló en contra de Argentina y ordenó
pagarle al fondo NML US$1.330 millones antes del 15 de diciembre. El
ministro de Economía Hernán Lorenzino adelantó que la Argentina va a
apelar el fallo y, claro, no hará pago alguno.
Como era de
esperar, los bonos argentinos reaccionaron con bajas generales afectados
por el fallo de Griesa, y que en el caso particular de los bonos con
legislación neoyorquina significó un derrumbe, ya que en algunos casos
–como el cupón PBI– las cotizaciones retrocedieron hasta un 15%. Se
esfumó así en cuestión de horas el optimismo que se había generado diez
días atrás, cuando la Reserva Federal había decidido apoyar a la
Argentina en el litigio.
Es lógico que el mercado sobre-reaccione,
pero muchos operadores locales opinan que tampoco son bajas las
probabilidades de que el fallo del juez Griesa sea encauzado por las
instancias superiores, tal como pretende el Gobierno. Para aquellos que
no están muy familiarizados con la situación, vale decirles que los
fondos buitres desarrollan desde hace mucho tiempo –mucho antes que en
el caso argentino– la estrategia de comprar bonos de países en
problemas, y que comienzan a actuar masivamente justo cuando la
probabilidad de no pago por parte del país deudor es muy alta. Tienen
espalda financiera para aprovechar estas situaciones –ya que tienen todo
el tiempo del mundo para esperar– y terminan utilizando los resquicios
legales para realizar un excelente negocio financiero luego de diez o
doce años o los que lleve. Pero no siempre el contexto internacional es
proclive a su estrategia, como por caso el actual, con media Europa en
jaque financiero.
Concretamente, de prosperar el desenlace a favor
de los fondos buitre, a partir de allí la situación de muchos países
europeos se tornaría desesperante, ya que el antecedente jurídico les
jugaría muy en contra. En un reciente informe de la consultora
InvertirOnline, que analiza los posibles escenarios de aquí en más, se
sostiene que “a nivel internacional se sentaría jurisprudencia
desfavorable para países en problemas económicos que deseen
reestructurar sus pasivos en el marco de negociaciones con sus
acreedores. No habría incentivos a ingresar en un canje si luego vía
judicial tiene la posibilidad de cobrar la totalidad de la deuda
(¿Grecia, Italia, España?)”.
Es decir, que habría un riesgo
sistémico, y lo más llamativo es que, por el momento, los mercados de
bonos de los países europeos en problemas no hayan tomado nota del
asunto. Este es un elemento que debería ser tranquilizador para los
tenedores de bonos argentinos, y más aún para los que tienen legislación
nacional. Al menos para que, aquellos que tienen estos títulos en
cartera, no se dejen arrastrar por tanto fuego de artificio actuando
impulsivamente.
Por cierto, aún no está todo dicho, y el panorama
dista de ser sencillo. La sentencia del juez Griesa pasa a la Cámara de
Apelaciones para confirmación o rectificación, y lo más probable es que
ocurra la última. No hay que olvidar que lo que la Cámara le había
pedido a Griesa eran detalles de la fórmula de pago y lo que Griesa les
devuelve es impracticable dado el riesgo sistémico global que generaría.
Por ende, los bonos seguirán operando muy volátiles, y probablemente
caigan mucho mañana, cuando los mercados norteamericanos vuelvan a
operar tras los feriados del Día de Acción de Gracias.
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