Hoy, elecciones / Las potencias, atentas a Caracas
EE.UU., entre la esperanza de cambio y la cautela diplomática
Hace meses, el gobierno de Barack Obama
optó por evitar los conflictos con Hugo Chávez; los republicanos, por
otro lado, advierten sobre sus intentos de "perpetuarse en el poder"
WASHINGTON.-
Sin apartarse de la prudencia y en tono formal, el gobierno de Barack
Obama aseguró que "sigue de cerca y con atención" el decisivo proceso
electoral que vive hoy Venezuela, mientras que en medios políticos y
diplomáticos locales muchos se esperanzan con un cambio que abra paso a
una etapa de mejora democrática e institucional en el país caribeño.
La conflictiva relación política entre Washington y
Caracas empeoró en los últimos meses, con el retiro de embajadores. Hoy
el vínculo formal se mantiene en el nivel de "encargado de negocios",
sin embajadores.
Tal vez conocedora del gusto que tiene el bolivariano
Hugo Chávez por victimizarse y de la frecuencia con que apela al uso
político del disenso o de la crítica, la administración demócrata optó
por evitar el conflicto y no polemizar. "Chávez no representa una
amenaza para la seguridad", fue la declaración con la que Obama planchó
el ego del líder caribeño. Fue meses atrás, en un reportaje televisivo
en el que el presidente de los Estados Unidos evaluó los contactos de
Caracas con Teherán.
Dentro de la cautela, lo único que llegó a decir Obama
es que le "gustaría" que Venezuela pueda tener "elecciones libres y
justas".
Otra cosa es la prédica republicana sobre el mismo
asunto. En ese caso, la titular del Comité para el Hemisferio Occidental
de la Cámara de Representantes, Ileana Ross Lehtinen, previno contra
los intentos del caraqueño de "perpetuarse en el poder".
"Es vergonzosa la forma en la que Chávez procura tener
el control sobre el pueblo de Venezuela", se indignó la legisladora,
ante las dificultades que el régimen impuso para el voto de sus
exiliados en Estados Unidos.
En los 13 años que lleva Chávez en el poder, el número
de venezolanos que buscaron refugio en los Estados Unidos ha ido en
aumento. Hoy se estima que son más de 200.000, buena parte de los cuales
residen en la zona de Florida. Ayer, miles marchaban en caravana hasta
Nueva Orleáns para ejercer su voto. "Desde hoy, Chávez empieza a tener
problemas", era su consigna. Los 1400 kilómetros de viaje responden a la
decisión de Caracas de cerrar su consulado en Miami.
"Saben que casi todos los que votamos aquí somos
opositores, por eso nos complican la vida", decían ayer quienes partían
para votar. El movimiento fue largamente mostrado por la TV y la radio
norteamericanas.
La expectativa aquí es una elección muy ajustada. En
esa línea, el temor es que un triunfo acotado del opositor Henrique
Capriles o un desarrollo incierto de los comicios genere inestabilidad.
En ese caso, el gobierno de Barack Obama "no tiene planes de
contingencia", según reconoció el subsecretario para Asuntos Públicos
del Departamento de Estado, Michael Hammer.
El funcionario añadió que su país, "como el resto de
América en la Organización de los Estados Americanos [OEA] y el mundo,
está prestando mucha atención a las elecciones en Venezuela, pero a la
larga es un asunto interno que esperamos que se desarrolle
pacíficamente".
Fue entonces cuando desechó que su gobierno tenga algún
plan de contingencia para prever cualquier posible alteración del orden
durante o después del proceso electoral.
La responsable del Departamento de Estado para la
región, Roberta Jacobson, abundó en esa línea al sostener que la
expectativa es que "los venezolanos puedan expresar sus preferencias de
liderazgo de manera justa y libre", pero que "no corresponde" a los
Estados Unidos "pronunciarse" sobre los resultados.
Pero, entre analistas locales, el temor es justamente
ése: que, cumplidos los comicios, se dé paso a una situación de
inestabilidad institucional. "Una repetición del enfrentamiento que
caracterizó los esfuerzos de la región para resolver la crisis de
Honduras sería corrosivo para las relaciones de Estados Unidos con la
región", consideró, por caso, Patrick Duddy, experto en relaciones
regionales de la Universidad de Duke.
Chávez es crecientemente cuestionado en esta ciudad por
el deterioro de la vida institucional en el país y su persecución de la
prensa libre. "Un recambio en el poder sería una esperanza para muchos
países de la región que hoy están bajo su influencia", dijo Robert
Manden, de la Universidad de Pensilvania. "Sin Chávez, mucho en la
región podría cambiar", añadió.
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