Doble derrota de la Casa Blanca y el Pentágono
Por Raúl Zibechi
En
menos de una semana la política de los Estados Unidos hacia América
Latina sufrió dos derrotas en dos temas estrechamente asociados: el
triunfo de Hugo Chávez y la imposibilidad de imponer los criterios del
Pentágono en la X Conferencia de Ministros de Defensa.
Pocas veces unas elecciones dividieron la región de modo tan nítido
como las que se celebraron el pasado 7 de octubre en Venezuela. Tanto
los gobernantes como buena parte de la población sabían que de su
resultado dependía no sólo la continuidad del proceso bolivariano sino
también la profundización de la integración regional, la ampliación del
Mercosur y probablemente las relaciones pacíficas entre los vecinos.
“De las 92 elecciones que hemos monitoreado, diría que el proceso
electoral en Venezuela es el mejor en el mundo”, dijo Jimmy Carter el 11
de setiembre al celebrar el treinta aniversario del Carter Center[1].
Días antes de la elecciones en Caracas, el embajador de los Estados
Unidos, Patrick Duddy, sugirió que si la elección fuera “aceptablemente
libre y justa”, su país “debería resetear (reset) las relaciones
bilaterales, con vistas a una eventual renovación de comunicaciones de
alto nivel en áreas de interés mutuo”[2].
Hubo reacciones esperables y otras casi sorprendentes. El fervor de
Cristina Fernández, la presidenta argentina, y la cálida pero serena
felicitación del colombiano Juan Manuel Santos eran esperados. El
canciller chileno Alfredo Moreno, miembro del gobierno conservador de
Sebastián Piñera, destacó que las elecciones venezolanas fueron un
“ejercicio democrático impecable”. El portavoz del Departamento de
Estado, William Ostick, felicitó “al pueblo venezolano” pero no a su
presidente, y llamó al vencedor tener en cuenta a “las más de seis
millones de personas que votaron por la oposición”. Algo similar dijo la
Unión Europea[3].
La oposición aceptó los resultados y nadie mencionó que haya existido
fraude, por lo que podía esperarse que Washington modificara su
habitual hostilidad hacia el gobierno de Hugo Chávez. Por el contrario,
el mismo día de las cruciales elecciones venezolanas el secretario de
Defensa, Leon Panetta, emprendió su segunda gira por la región, esta vez
viajó a Perú y Uruguay, cargando bajo el brazo un documento de doce
páginas, “La política de Defensa para el Hemisferio Occidental”, que el
Departamento de Defensa había divulgado el miércoles 3.
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