EL PAIS › CRISTINA SE REUNE EN NUEVA YORK CON EL MAGNATE Y MAñANA CON EL PRESIDENTE EGIPCIO
Orondo, Soros copó todo
Por Martín Granovsky (Página/12)
Desde Nueva York
Mientras termina de preparar el discurso de mañana en la ONU y
perfila la posición sobre un eventual diálogo con Irán, la Presidenta
incluyó en su agenda una reunión con el presidente egipcio Mohamed
Morsi, de los Hermanos Musulmanes, y se reservó este lunes para el rico
número 20 del mundo según Bloomberg y el 42 según Forbes: George Soros,
que a sus 82 llegó a los 21.900 millones de dólares.
Aunque el Gobierno no informó si le interesa atraer inversiones de
Soros en energía, construcción y comunicaciones, Cristina Fernández de
Kirchner, que llegó ayer acompañada sólo por el secretario de Legal y
Técnica, Carlos Zannini, y el secretario de Comunicación Pública,
Alfredo Scocimarro, no se encontrará con alguien desconocido en la
Argentina. En la década del ’90 apostó a los negocios inmobiliarios, de
los que se retiró antes del estallido del 2001. Antes especuló contra
los bonos argentinos. No dejó, en cambio, las propiedades rurales. En
2011 la empresa de la que es accionista, Adecoagro, llegó a tiempo para
comprar una nueva superficie antes de que entrara en vigencia la nueva
legislación que impide adquirir tierras a extranjeros. Esa vez el
objetivo fue El Colorado, cinco mil hectáreas en Santiago del Estero,
una de las provincias hacia la que se va corriendo la frontera de la
soja.
Nacido en Hungría en 1930, Soros tiene una característica saliente.
Es capaz de analizar intelectualmente en profundidad crisis que
financieramente ayudó a hacer florecer. Tal como informó este diario en
julio de 2011 cerró Quantum, su fondo de alto riesgo, tras 40 años de
operaciones en Wall Street, por la nueva regulación sobre los activos
financieros que siguió a la crisis de 2008. La obligación de informar
sobre maniobras que antes podían permanecer opacas y sobre clientes,
inversores, empleados jerárquicos y potenciales conflictos de interés
hizo que el mismo Soros anunciara el cierre de Quantum porque “no podrá
gestionar fondos de terceras personas que no formen parte de su círculo
familiar”. Y agregaba: “Nos gustaría dar las gracias a todos aquellos
que eligieron Soros Fund Management para invertir sus activos en los
últimos 40 años. Confiamos en que se hayan sentido recompensados con el
paso del tiempo”.
En una entrevista concedida el mes pasado a El País de España, Soros
advirtió que el peligro para Europa es que si se profundiza la crisis
actual “quedará permanentemente dividida entre acreedores y deudores”.
Explicó que “a los primeros siempre les irá mejor que a los segundos
porque éstos tienen que pagar tipos de interés mucho mayores por el
capital y eso se convierte en una desventaja permanente que ampliará las
diferencias entre ambos”. De ese modo, “la llamada periferia estará
permanentemente deprimida y dependiente del centro, que acaparará toda
la inversión y el talento, y que dejará a la periferia permanentemente
en crisis”. La periferia del párrafo no es la América latina de los ’70
sino Europa meridional frente a Alemania, pero el razonamiento
financiero suena universal.
En cuanto a la entrevista con Mohamed Morsi, la apuesta de la
Presidenta y el canciller Héctor Timerman es anudar un contacto directo
con la figura más importante de los nuevos líderes del Medio Oriente.
Dirigente de la Hermandad Musulmana, ganó las elecciones que se
realizaron luego de la transición que siguió al derrocamiento de Hosni
Mubarak. Su llegada a la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas marca también la primera que toca suelo norteamericano
como presidente. En un reportaje concedido en El Cairo y publicado ayer
en tapa por The New York Times, Morsi dijo que se tomó su tiempo antes
de criticar el reciente asesinato del embajador norteamericano en Libia
porque “hay que lidiar con sabiduría con la situación”. Fue una alusión a
la ola de furia contra los Estados Unidos que desató un video que se
burló del profeta Mahoma o, en otra interpretación, la ola de furia que
intenta crear el terrorismo fundamentalista alimentando la irritación
popular y aprovechando la postergación social. Morsi dijo que “Egipto no
avala ese tipo de violencia” y recomendó a los Estados Unidos un
compromiso con la construcción de un Estado palestino, según lo acordado
en Camp David en 1978, que contemplaba la retirada israelí de Gaza. El
presidente egipcio, de 61 años, creció en una granja en el delta del
Nilo y estuvo preso durante la dictadura de Mubarak. Tiene un doctorado
en la University of Southern California.
Preguntado por el New York Times sobre si una mujer podría ser
candidata a presidenta, contestó que “la Constitución no lo prohíbe y yo
no lo impediría”. Añadió: “Si ustedes me consultan sobre si la votaría o
no, es otra cuestión”.
Un comunicado de prensa de la Secretaría de Comunicación Pública
informó ayer que además mañana Cristina se reunirá con el secretario
general de la ONU, el coreano Ban Ki Moon, y que el jueves recibirá al
presidente de Exxon Mobile Corp., Rex Tillerson, “quien solicitara
oportunamente reunirse con la mandataria”.
El texto confirma la inauguración, el miércoles, de la Cátedra
Argentina en Georgetown (ver aparte el reportaje al profesor Erick
Langer), un encuentro en Washington con el presidente del Banco
Interamericano de Desarrollo, Luis Moreno, y una conferencia el jueves
en Boston para “catedráticos, docentes y alumnos de la Universidad de
Harvard”.
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