Afirman que el vínculo con EE.UU. no mejorará en los próximos años
Empate
o derrota. Esos son los resultados posibles para la relación entre la
Argentina y EE.UU. tras las elecciones presidenciales norteamericanas de
noviembre próximo, por la falta de acuerdo sobre las deudas impagas
desde 2001 y las restricciones que afectan el crecimiento y las
inversiones. Así lo expresaron a La Nacion desde Washington y Nueva York
economistas, analistas políticos y un influyente congresista
norteamericano, que coincidieron en señalar que si el candidato
republicano Mitt Romney triunfara, el vínculo empeoraría. Pocos días
antes del viaje de la Presidenta a ambas ciudades, no hubo expresiones
alentadoras sobre la posibilidad de una mejora si la Argentina no
presenta una propuesta para saldar su deuda en default ni abre
oportunidades para que crezcan las inversiones.
Un espíritu similar se respira en el ámbito
diplomático, donde esperan respuestas a los reclamos por las
importaciones y la deuda impaga.
Este desaliento se refleja en las cifras: la inversión
norteamericana directa registra una creciente caída y a la Argentina se
le complica remontar el déficit comercial bilateral.
El presidente del subcomité del Hemisferio Occidental
de la Cámara baja de EE.UU., Connie Mack, dijo que la relación
bilateral "se deterioró en forma significativa en la última década
debido al abuso de la Argentina del sistema financiero internacional y
su desprecio flagrante a los casos resueltos los tribunales del Banco
Mundial, el Ciadi". Por esta razón, el congresista norteamericano afirmó
que "Estados Unidos actuó correctamente al votar en contra de créditos
en el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y
suspendiendo los beneficios comerciales a la Argentina; y debería ir un
paso más allá para hacer a la Argentina responsable".
Con conocimiento de causa, el subsecretario del Tesoro
en el gobierno de Clinton, Edward Truman, dijo que "si yo fuera de la
Reserva Federal o el Tesoro estaría muy preocupado porque la situación
se está deteriorando, por las medidas que toma el gobierno argentino,
que son negativas para el país y la región".
En particular, el analista del prestigioso Instituto Peterson sostuvo: "Las restricciones son malas".
"Cordial y distante" es el concepto que eligió Shannon
O'Neil, experta en América latina del Consejo de Relaciones Exteriores,
para definir la relación, "debido a diferencias en el enfoque económico
y al creciente rol del estado en la economía".
Desde la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados
de la Universidad Johns Hopkins, el especialista en América latina
Riordan Roett expresó que, en realidad, "hay muy poco en la relación
económica de los dos países; el comercio es modesto". Sin embargo, el ex
ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) Claudio Loser indicó
que "las relaciones entre los dos países son muy tirantes; desde Estados
Unidos se ve una acumulación de temas, empezando por los problemas con
el avión detenido el año pasado, la falta de pago al Club de París, la
falta de pago en relación a los resultados arbitrales del Ciadi y de
otras deudas, así como las restricciones comerciales de la Argentina,
que no han ayudado, al igual que el espíritu de la expropiación de YPF".
"La Argentina mencionó el tema de carnes y limones
-aclaró el director del Grupo Centennial- pero eso es menor cuando la
Argentina en la práctica casi no exporta carne."
Alberto Bernal, analista jefe del banco de inversión
Bulltick, indicó que "es una relación casi inexistente, porque no hay
expectativas de mejoras en comercio, ni de inversiones fuertes". La
posibilidad de que el vínculo mejore con Romney en la presidencia,
dijeron los cinco, es nula.
Para algunos, como Truman, O'Neil y Roett, el efecto de
un triunfo republicano sería neutro, porque la aplicación de sanciones y
el malhumor surge de miembros de ambos partidos políticos. "A menos que
el gobierno de Kirchner cambie, lo que es improbable, no veo cambios
con Obama o Romney", dijo O'Neil.
Truman afirmó que "la sensación en ambos casos es más
de arrepentimiento y pena que de enojo", mientras que Roett dijo que
América latina seguirá sin ser una prioridad para Washington: "Los
republicanos tendrán una posición más estridente sobre Venezuela, pero
por su dependencia de las importaciones de petróleo, mantendrán la
dureza retórica y no mucho más", indicó.
Loser y Bernal apostaron a que el diálogo será peor si
pierde Obama. "Si ganan los republicanos tendrán una posición mas
ideológica", apuntó Loser. "Obama tiene que ser más abierto a las
diferentes visiones, pero Romney es más práctico", agregó Bernal.
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