Clima y política / El mayor exportador de granos, en crisis
La sequía de EE.UU., eje de tensión en otros países
Afecta el precio de los alimentos en las naciones más pobres
NUEVA
YORK.- Nunca antes Estados Unidos había vivido un verano tan caluroso.
Las temperaturas de julio último destronaron a las del mismo mes de
1936, para erigirse como las más altas desde que el gobierno comenzó a
monitorear los termómetros, en 1895.
Ese calor, ahora, amenaza con desatar una nueva crisis alimentaria global e incluso tensión social en algunos países.
El calor rampante y la escasez de lluvias hundieron a
la zona agrícola de Estados Unidos, el principal exportador de trigo,
maíz y soja del mundo, en la peor sequía de los últimos 50 años, dañaron
su cosecha y abrieron una estampida en los precios de los granos que
golpea a millones de familias de los países emergentes.
"Estamos en manos del clima. Ahora, lo importante es
que se tomen acciones para proteger a la gente pobre", advirtió Shenggen
Fan, director general del Instituto Internacional de Investigación de
Política Alimentaria, con sede en Washington.
Nadie sabe a ciencia cierta todavía cuán grave será
esta crisis. La sequía, que azota las praderas de Nebraska, Iowa,
Missouri e Illinois, continúa, y la cosecha en estas latitudes apenas
comienza a despuntar. El balance final de los daños se conocerá sólo
cuando se cargue el último camión. Ayer, el Departamento de Agricultura
recortó su pronosticó para la cosecha de maíz, que ahora -prevé- será la
peor desde 1995.
Pero lo que sí se conoce es el efecto dominó que ya se
ha puesto en marcha. La escasez de granos hizo trepar los precios, y
afectará a la producción de carnes, leche y huevos, tensando la oferta
global de proteínas, y arrinconando a las millones de familias, que, a
la par del desarrollo de gigantes emergentes, como la India, China,
México y Brasil, abandonaron la pobreza en los últimos años.
Los precios del trigo, el maíz y la soja se dispararon
en los últimos dos meses, y todo indica que continuarán en la misma
trayectoria. Anteayer, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura dio a conocer su índice de precios de
alimentos de julio, que arrojó un alza del 6 por ciento. Empresas como
Nestlé y Kraft ya advirtieron que trasladarán esas subas a los
consumidores.
"Esto no es un amable llamado de atención. Es la misma
alarma global que suena a gritos desde 2008", lanzó Colin Roche, de
Oxfam, una red global de organizaciones destinadas a reducir la pobreza.
Oxfam trazó un duro pronóstico: los días de alimentos
baratos se terminaron, y millones de familias pobres sufrirán por el
aumento de los precios.
No es un escenario nuevo. Entre 2007 y 2008, la crisis
financiera desató una burbuja especulativa en los mercados de granos,
que junto con los precios más altos del petróleo, un mayor uso de los
biocombustibles y el mal clima conjugaron una tormenta perfecta que
llevó a una crisis alimentaria global. Las protestas arreciaron en
decenas de países, desde Haití, Camerún y Egipto, hasta Indonesia y
Bangladesh.
Las reacciones proteccionistas de los países agravaron
la situación. Algo similar ocurrió hace dos años, en 2010, cuando una
sequía llevó a Ucrania y a Rusia (que ahora enfrenta otra sequía) a
restringir las exportaciones de granos.
El efecto de esa restricción se pudo ver unos meses más
tarde en el norte de Africa, cuando las protestas estallaron por el
precio de los alimentos, en especial del pan, y alimentaron la furia
popular que se tradujo en la "primavera árabe".
Ganadores y perdedores
La crisis que sufren los países importadores de granos,
como México, Brasil o China, tiene como contracara los beneficios que
obtienen los países productores, como la Argentina (ver aparte). Con las
retenciones, el gobierno nacional captura parte de esas ganancias.
Claro que esos beneficios chocan con las restricciones
que el propio Gobierno impone en los mercados de granos, al frenar, por
ejemplo, las ventas al exterior de trigo.
Tal como ocurrió antes, ahora comienza a aparecer de
nuevo el conflicto entre la producción de alimentos y la de
biocombustibles, que, paradójicamente, fueron impulsados para revertir
el cambio climático que llevó a las sequías que ahora producen crisis
alimentarias.
"Ahora la producción de biocombustibles no contribuye a
un mejor medio ambiente y a la seguridad energética. Pero eleva los
precios de los granos. Tenemos que minimizar la producción de
biocombustibles", dijo Fan, que recordó estudios que ponen en duda los
beneficios que generan para revertir el calentamiento global.
Cualquiera que sea la reacción que sigan los países
productores de alimentos esta vez, lo cierto es que los mismos
mecanismos que generaron fuertes protestas y muertes hace cinco años han
comenzado a funcionar otra vez.
No se sabe aún si se repetirá el mismo escenario ahora. Pero sí que se trata de un fenómeno al que hay que acomodarse.
En palabras de Fan: "Esto se va a convertir en nuestra
nueva realidad. Hemos visto más sequías, más tifones, un clima más
extremo, y por eso necesitamos adaptar la producción de alimentos al
cambio climático".
Situación crítica
88%
De la superficie afectada
La peor sequía en 50 años en EE.UU. afecta el 88% del maíz y el 77% de la soja; el país es el mayor productor mundial de ambos cultivos.
De la superficie afectada
La peor sequía en 50 años en EE.UU. afecta el 88% del maíz y el 77% de la soja; el país es el mayor productor mundial de ambos cultivos.
276,9
Millones de toneladas
Es la cosecha de maíz pronosticada para este año en EE.UU., la más baja en los últimos seis años.
Millones de toneladas
Es la cosecha de maíz pronosticada para este año en EE.UU., la más baja en los últimos seis años.
6%
Subió el precio en alimentos
- Para la FAO, la cifra de julio genera temor a otra crisis alimentaria.
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