Afirman que Lugo lo derribó la oligarquía apoyada por EE.UU
Télam
El dirigente paraguayo del Frente Guasú, Belarmino Balbuena, afirmó que el golpe que destituyó a Fernando Lugo fue realizado por "una oligarquía terrateniente violenta y traficante apoyada por Estados Unidos para hostigar a los países progresistas de la región".
El dirigente paraguayo del Frente Guasú, Belarmino Balbuena, afirmó que el golpe que destituyó a Fernando Lugo fue realizado por "una oligarquía terrateniente violenta y traficante apoyada por Estados Unidos para hostigar a los países progresistas de la región".
"La
masacre de Curuguaty del 15 de junio, donde murieron 11 campesinos y
siete policías fue preparada, como otras anteriores, para justificar,
con apoyo de la prensa, el golpe parlamentario", afirmó Belarmino,
dirigente campesino y presidente del Partido Movimiento Patriótico
Popular, que integra el Frente Guasú.
Invitado a Buenos Aires por la Conferencia Permanente de Partidos
Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), que preside Antonio
Cafiero, para un debate sobre el Paraguay, Belamino opinó que "los
legisladores no son representantes sino miembros de esa oligarquía
terrateniente de tierras mal habidas, de tráficos ilícitos y
contrabandistas".
Esto, agregó, es extensivo a "ministros y jueces, que son
propietarios de grandes extensiones de tierras y exportadores de soja,
como un ministro de la Corte Suprema que tiene 20.000 hectáreas
obtenidas bajo la dictadura de Alfredo Stroessner.¿Cómo pueden,
entonces, los campesinos reclamar por tierras mal habidas ante esa
Corte".
"Lugo quedó preso de esta oligarquía, y la Constitución dice que el
presidente no puede ser reelecto si completó un mandato, nada precisa si
no lo terminó, como es este caso ¿Pero como discutirlo con esta
Justicia terrateniente?", se preguntó.
Según Balbuena "la embajada de Estados Unidos en Asunción trabajó
mucho para este golpe; hubo 17 intentos anteriores, y no lograron el
golpe clásico, con los militares, por la depuración que hizo Lugo y su
ministro de Defensa, el general Luis Bareiro Spaini.
A su juicio, la prensa paraguaya "preparó el terreno propicio para la
represión contra los luchadores populares y si todavía no lo hizo el
gobierno de facto de Federico Franco es porque la solidaridad
internacional se lo hizo pensar dos veces".
Por su parte, el asesor argentino de la Unasur, Rafael Follonier,
destacó que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) "tuvo una
reacción rápida, al suspender a Paraguay por la interrupción del proceso
democrático, pero no impuso (otras) sanciones contra el pueblo
paraguayo".
En cambio, ironizó, "la OEA (Organización de Estados Americanos) aún
andaba redactando un informe sobre Paraguay" y finalmente no avaló la
existencia de un golpe institucional parlamentario.
El asesor, que acompañó al fallecido ex presidente Néstor Kirchner en
la creación del bloque regional, analizó el contexto en que se dio la
asonada paraguaya, "ya no un golpe militar clásico, como también lo
intentaron con el golpe cívico en Bolivia (2008) tratando de separar la
Bolivia fértil de la andina y con el golpe policial de Ecuador (2010)".
Recordó que en la frustración de ambas intentonas tuvo un
papel importante la rápida reacción de la Unasur: "El organismo
estratégico de la integración; el más político y el más novedoso de los
últimos 200 años de historia suramericana porque las decisiones las
toman y controlan los 12 presidentes de la región".
Agregó que "nunca tuvimos las posibilidades de ahora, que como decía
Néstor Kirchner, la utopía no se aleja como cuando se marcha hacia el
horizonte, sino que se acerca y está más al alcance de la mano".
Follonier señaló que Sudamérica no es un gran polo financiero o
tecnológico industrial mundial, pero tiene pueblos con gran "cultura,
capacidad de lucha y paciencia" y posee "la mayor reserva de agua dulce
del planeta, de hidrocarburos, posee minerales estratégicos como el
cobre o el litio, y una gran potencialidad en alimentos, no para ser
granero sino fábrica de productos alimenticios".
"Somos una región de paz hacia adentro y no estamos en guerra con
nadie", a diferencia de "Estados Unidos, que tiene paz interna, pero es
el promotor de las guerras en el mundo".
A su turno, Oscar Laborde, Representante Especial para la Integración
y la Participación Social de la Cancillería argentina, explicó que hoy
Sudamérica y América Latina viven una etapa crucial de su integración,
de gran "potencialidad", pero también con "peligros", por la crisis del
capitalismo en Estados Unidos y Europa.
Sostuvo también que la caída de la Unión Soviética y lo que calificó
de "defección del socialismo europeo", "nos permitió buscar en nuestras
raíces, en cada país, sin modelos para copiar".
Definió como punto fundamental de la actual etapa de integración "el
`no` al ALCA (Area de Libre Comercio de Las Américas) que logró Kirchner
en 2005 con el apoyo mayoritario de América Latina, frente a frente con
el presidente estadounidense George W. Bush".
Laborde también destacó que tras la suspensión de Paraguay en el
Mercosur, se logró, como contragolpe "la incorporación de Venezuela".
Finalmente, el senador del socialismo antikirchnerista, Rubén
Giustiniani, señaló que "la gente no acepta más los golpes de Estado
aunque estén disfrazados institucionalmente", calificó de importante la
suspensión de Paraguay del Mercosur tras el derrocamiento de Lugo -en
"un golpe parecido al de Honduras", dijo-, y expresó su solidaridad con
el pueblo y la resistencia paraguaya.
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