Una
dura puja se libra desde hace más de un mes entre Paraguay y la
Argentina, a tal punto que ambas naciones se encuentran en una situación
de "guerra fría", como coincidieron en calificarla varios de los
actores involucrados.
La batalla entre Asunción y Buenos Aires se potenció en
los últimos días y amenaza con complicar la vida económica y social de
paraguayos y argentinos. Todo comenzó el 29 de junio en Mendoza, cuando
en la cumbre del Mercosur se decidió suspender a Paraguay por entender
que el nuevo gobierno de ese país era "ilegítimo" a raíz de la expulsión
intempestiva del poder de Fernando Lugo. A partir de allí se desató una
frialdad absoluta entre ambos países que se ve en las siguientes
acciones:
- La Argentina profundizó las trabas a las importaciones de productos de Paraguay. Empresarios textiles y fuentes de la cancillería paraguaya coincidieron ante LA NACION en que hay "una firme decisión" del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de frenar productos paraguayos. Las empresas textiles y de confección de ropa son las que más problemas tienen para ingresar materias primas o productos importados a la Argentina.
- La Argentina requirió esta semana la importación de aceite de soja de Paraguay para reexportarlo. Pero en Asunción evalúan plantear una negativa a este pedido.
- Tanto Paraguay como la Argentina decidieron retirar a sus embajadores. Actualmente ni siquiera hay encargado de negocios en las sedes diplomáticas de Buenos Aires y Asunción. Las embajadas se limitan a trámites mínimos y en el caso de Paraguay, por ejemplo, ni siquiera recibe respuestas a los llamados que hace a la cancillería argentina. "Hay una situación de frialdad y de estado de sanción de hecho con Paraguay que hasta que no haya elecciones allí todo seguirá igual o peor", se sinceró ante LA NACION el ex embajador argentino en Asunción Rafael Romá, que dejó ese país hace más de un mes y no tiene previsto retornar.
- La inacción diplomática es tan grande que por ejemplo el canciller Héctor Timerman le negó a Paraguay un pedido para acreditar nuevos cónsules en Resistencia y Posadas, donde hay puestos vacantes y una fuerte demanda de trámites de ciudadanos paraguayos.
- La profundización del conflicto podría llegar al plano de la energía. El presidente Franco amenazó con frenarle a la Argentina el suministro de energía de Yacyretá. En la Casa Rosada no creen que esto se concrete "porque -dicen- operativamente Paraguay no está en condiciones de realizar esa medida, ya que tiene una fuerte dependencia económica con la venta de energía a la Argentina". Asunción recibe unos 250 millones de dólares anuales de la Argentina por la venta de energía eléctrica.
- A los paraguayos cada vez les resulta más difícil girar dólares a su país. En el último mes se incrementó el control de Moreno en las empresas que giran divisas al extranjero. Los paraguayos tienen un límite de 500 dólares mensuales para enviar a sus familias. Esto también afecta a las empresas paraguayas que deben pagar salarios o productos importados en dólares.
- Fuentes de la cancillería de Paraguay aseguraron a LA NACION que hay problemas con los ciudadanos paraguayos indocumentados en la Argentina. "Se frenaron trámites de documentación", explicaron desde Asunción. Se estima que hay 1,5 millones de paraguayos que viven en la Argentina en situación irregular y necesitan ordenar su documentación. Sin embargo, el Ministerio del Interior negó que se hayan frenado esos trámites.
No obstante, la "guerra fría", como la visualizan en
Buenos Aires y en Asunción, durará por lo menos hasta abril del año
próximo, que es cuando habrá elecciones presidenciales en Paraguay.
Quizá para ese entonces ya sea tarde y el conflicto tenga difícil
retorno.
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