Una
causa judicial que la Argentina perdió en primera instancia en EE.UU.
se complicó en la audiencia desarrollada anteayer en Nueva York, por las
fuertes críticas de dos jueces a la decisión del Gobierno de no
pagarles a todos los bonistas.
Fuentes ligadas al caso indicaron a LA NACION que la
audiencia en que la cámara de apelaciones debía escuchar la postura del
Ministerio de Economía, los fondos buitre litigantes y el gobierno
norteamericano había resultado "dura" para los abogados de la Argentina.
"Fue peor que lo esperado y crecieron las chances de que el Gobierno pierda", admitió.
Los jueces de la cámara de Nueva York tienen en sus
manos este caso promovido por los fondos buitre Dart, Elliott y
Aurelius; si fallaran en favor de los demandantes, se complicaría en
forma total el pago de los bonos a los acreedores que aceptaron los
canjes para salir del default en 2005 y 2010.
"¿Por qué alguien que puede leer le prestaría dinero
alguna vez a la Argentina?", disparó una de las juezas, Roosemary
Pooler, reflejando el cansancio de varios magistrados por tener que
lidiar desde hace más de 10 años con los casos derivados del default
argentino.
Pese a que los litigantes no aceptaron ninguna de las
dos reestructuraciones que hizo la Argentina, lograron que el juez
Thomas Griesa fallara en su favor en primera instancia. La base de esa
sentencia es la aplicación amplia de la cláusula pari passu, que les
otorga similares derechos y obligaciones que a los bonistas que
aceptaron los canjes.
"Su obligación es tratarlos por igual", le dijo su par
Reena Raggi al abogado que representa a la Argentina, Jonathan Blackman,
del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP. Las dos juezas y
su colega Barrington Parker dieron a entender que la Argentina no trata
en forma equitativa a todos los acreedores, mientras que el Gobierno
afirma que los fondos buitre sólo buscan litigar.
El eje de la controversia es la "ley cerrojo", que
habilitó al Gobierno a hacer los dos canjes mencionados, pero que cerró
la posibilidad de avanzar en negociaciones posteriores con los
"holdouts".
Una fuente de uno de los bancos de inversión que
negocian los bonos de la Argentina en EE.UU. dijo a LA NACION desde
Nueva York que, antes de fin de año, la cámara podría dictar un fallo
"intermedio".
"La mayor probabilidad es que la corte se incline por
negar una interpretación de la cláusula pari passu en sentido amplio en
favor de los acreedores, pero podría indicar que la ley cerrojo opera de
manera discriminatoria", detalló.
Una fuente del Gobierno fue más tajante: "Si los jueces
hacen caer este canje, se caen todos los que puedan venir en adelante
en Europa y por eso el Departamento del Tesoro, que está en contra de
muchas decisiones que tomamos, nos apoyó a través de un escrito [ amicus curiae ]".
Al respecto, Blackman señaló ante los jueces que la eventual ratificación de la sentencia de Griesa sería "una bomba nuclear".
Tras la audiencia, el embajador ante los EE.UU., Jorge
Argüello, señaló que los holdouts "hicieron un mal negocio", al quedarse
fuera de los canjes, pero admitió que su accionar en los tribunales de
EE.UU. "complicó y retrasó el proceso de finalización del acuerdo de
reestructuración".
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