'No nos asusta competir con China en América Latina': EE. UU.
Por:
J. JAIME HERNÁNDEZ
Mike Hammer creció en América Latina. Vivió en Honduras, El Salvador, Colombia, Venezuela y Brasil.
Mike Hammer, subsecretario de Estado adjunto para Relaciones Públicas explica por qué.
En
medio de un agitado cambio de escenario económico mundial, en el que la
hegemonía de Estados Unidos ya no es lo que era antes, donde Europa
lucha por evitar que se hunda su proyecto en las costas de Grecia o
España, y donde la economía china avanza con paso firme en América
Latina, la administración de Barack Obama ha decidido que llegó el
momento de dar un golpe de timón para reconducir sus relaciones
políticas y económicas.
"Para tener una influencia importante en el
mundo tenemos que empezar por fortalecer nuestra economía aquí, en
América Latina", aseguró Mike Hammer, subsecretario de Estado adjunto
para Relaciones Públicas, en una entrevista con el Grupo de Diarios
América (GDA).
Tras el fin de la guerra en Irak y el
repliegue de sus tropas en Afganistán, calculado para finales del 2014,
Estados Unidos revisa sus prioridades en todo el mundo. La necesidad de
acomodarse a las dinámicas y los desafíos que surgieron después del fin
de la Guerra Fría animan hoy a la más poderosa y extendida diplomacia
del planeta a tratar de contener el avance de potencias como China.
También intenta reconducir su agenda de cooperación y desarrollo que,
durante demasiado tiempo, se ha enfocado en temas de seguridad para
combatir las amenazas del terrorismo y el crimen organizado
internacional.
Hammer es un diplomático que conoce bien el
alma latina. Apasionado del fútbol, expedicionario de la realidad en el
hemisferio desde sus años de juventud y con un dominio del español que
lo convierte en un funcionario prácticamente inmune a las barreras
culturales con Latinoamérica, se ha convertido en un interlocutor de
excepción.
América Latina ha estado fuera de
la agenda del presidente Barack Obama durante mucho tiempo. ¿Por qué se
interesa en la región ahora?
Tenemos que reconocer en qué punto de la
historia nos encontramos. Las democracias de América Latina han
experimentado un desarrollo tremendo. En los últimos 15 años, 56
millones de personas del hemisferio han entrado a la clase media. Este
avance ha creado mayores oportunidades para la estabilidad, para el
desarrollo y para la libertad. Y nosotros queremos ser parte de este
proceso.
¿Qué dirección tomará esa relación?
Queremos seguir con nuestras buenas
relaciones con todos los países del hemisferio y crear un ambiente en el
cual podamos cooperar en los retos y desafíos que enfrentan nuestros
pueblos. Por eso, el enfoque debe ser más económico.
¿Cómo piensan hacerlo?
Vamos a seguir apoyando a las instituciones
democráticas y a seguir prestando atención a la seguridad y a la lucha
contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen. Son temas que
seguiremos tratando muy a fondo y con un espíritu de cooperación. Pero
lo que más necesitan los ciudadanos de nuestros pueblos son
oportunidades económicas y de desarrollo, y la libertad de expresarse y
vivir en paz y en tranquilidad.
¿No cree que es un poco tarde para tratar de recuperar el terreno que le ha ganado China en todo el hemisferio?
No. No creo que estemos llegando tarde. De
hecho, durante mi carrera de 25 años, siempre se ha hablado de la
necesidad de promover el libre comercio y de hacer avanzar los intereses
económicos de Estados Unidos...
Pero, insisto, ¿no les preocupan el peso y el avance cada vez mayor de China en América Latina?
No. Nosotros sabemos muy bien que es un
mercado muy competitivo y tenemos mucha confianza en la capacidad de
nuestras compañías, de nuestra economía, de nuestra sabiduría, de
nuestra capacidad de innovación para seguir siendo líderes mundiales en
el terreno económico.
China supera los 180.000 millones
de dólares en exportaciones al año y ha sido denunciada sistemáticamente
por sus prácticas desleales...
La realidad, ciertamente, es que hay mucho
crecimiento en China. Eso es algo que se reconoce y, mientras ellos
respeten las normas internacionales de libre comercio, nosotros vemos
bien la libre competencia. No le tememos a nadie. Pero siempre
competimos como pares, en un tipo de competencia en un campo nivelado.
¿Cree que los desencuentros de su
país con potencias regionales como Brasil o con los países del Alba
pondrán en riesgo sus esfuerzos?
No lo creo. Históricamente siempre habrá
desacuerdos entre ciertos países. Siempre habrá cambios de gobierno;
habrá perspectivas distintas y aptitudes diferentes. El presidente Obama
y la secretaria Clinton han vislumbrado una nueva era en la que Estados
Unidos trabajará con los países que estén interesados en ser nuestros
socios, porque, al final del día, los ciudadanos del hemisferio quieren
ver más oportunidades económicas.
¿Que hay desacuerdos? Sí, es cierto. Y me
imagino que seguirá siendo así con algunos países que no ven las cosas
exactamente igual que nosotros. Pero, históricamente, nuestro modelo
económico ha sido extremadamente exitoso. Ha generado empleo y riqueza
que otros modelos no han logrado.
¿Las medidas de gobiernos como el de Argentina, que restringen las importaciones, hasta dónde perjudican su relación comercial?
Nosotros queremos que, con cualquier país y
en cuestiones de comercio, se respeten las normas internacionales. Y si
hay medidas que se están tomando que desanimen la inversión y vayan en
contra de las normas internacionales, es muy preocupante.
¿No los preocupa que la crisis de
la zona euro vaya a frustrar esta iniciativa de EE. UU. para relanzar
sus relaciones económicas y comerciales con todo el mundo?
Ciertamente hay una crisis complicada en
Europa. Estados Unidos se mantiene en permanente contacto con los
distintos gobiernos implicados para ver cómo se soluciona esta
situación. No cabe duda de que hoy estamos interconectados y lo que
afecta a uno afecta a todos.
Por ello, independientemente de las
soluciones que tome cada país, lo que es cierto es que si le va bien a
Estados Unidos con la iniciativa de fortalecer sus vínculos comerciales
con América Latina que estamos lanzando, pues creemos que tendrá un
impacto positivo en otros países.
'En América no hay socios principales'
Durante la Cumbre del G-20, celebrada a mediados de junio, en Los
Cabos (México), EE. UU. lanzó un programa para estrechar sus vínculos
económicos, diplomáticos y de seguridad con América Latina. La necesidad
de fortalecer este tipo de relaciones ya se había hecho manifiesta
durante la Cumbre de Las Américas en Cartagena, en la que el presidente
Barack Obama recordó que en el 2009, se había comprometido a entablar
relaciones de igualdad, basadas en el muto respeto, con todos los
gobiernos americanos. "Lo diré una vez más -dijo entonces Obama, desde
el Centro de Convenciones- en América no hay socios principales o
secundarios, somos simplemente socios".
J. JAIME HERNÁNDEZ
El Universal (México)
J. JAIME HERNÁNDEZ
El Universal (México)
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