YPF genera debates en la capital estadounidense
Embajada Abierta
El debate se originó en un medio de comunicación colombiano y
terminó en la página del Inter American Dialogue, el Think Tank
orientado a América Latina mas influyente de Washington.
La discusión viene siendo reproducida -paso a paso- por el newsletter Latin America Advisor, del Inter-American Dialogue en Washington.
El Latin America Advisor es una publicación diaria que se distribuye
en todos los niveles del mundo de la política y las finanzas en la
capital estadounidense.
Artículo de Michel Shifter
La presidenta argentina Cristina Fernández ha aumentado sus
llamamientos al sentimiento nacionalista para recuperar su apoyo
político interno, que ha caído desde que comenzó su segundo mandato en
diciembre.
En Cartagena, en la Cumbre de las Américas, el tema fue el reclamo de
Argentina sobre las Malvinas. De vuelta en Buenos Aires, Fernández tomó
una participación del 51 por ciento de YPF a Repsol de España. Detrás
de los dos casos, la política era el factor principal. Es tentador ver
la expropiación como parte de una tendencia más amplia en la Argentina, y
quizás de América Latina, hacia un mayor control gubernamental de los
sectores clave como la energía. Pero no hay fundamento para tal
interpretación.
Fernández hizo una apuesta grande. Ella sabía que la expropiación de
YPF, como lo demuestran las encuestas, iba a ser políticamente popular
en casa y también le daría al gobierno argentino más dinero para llevar a
cabo sus políticas.
Sin embargo, los costos económicos y políticos de largo plazo de la
decisión son inciertos, y podrían ser enormes. La reacción del gobierno
español y otros europeos ha sido muy fuerte. Algunas figuras políticas
de Chile y México han sido críticas. La expropiación no era parte del
espíritu del Foro Empresarial de Cartagena.
Es poco probable que la nacionalización de YPF ayudará a atraer la
inversión extranjera a la Argentina. El país, rico en recursos, ofrece
muchos beneficios potenciales. Con esta jugada, sin embargo, los riesgos
han aumentado considerablemente.
Si las ventas y el precio de la soya, principal producto de
exportación de Argentina (sobre todo a China), siguen siendo altos,
entonces el país puede tener mayor margen y ser capaz de continuar su
crecimiento económico. Existe la posibilidad de que otras empresas
(incluidas las chinas) y los inversionistas ayuden a Argentina y
exploren las vastas reservas de petróleo del país.
Fernández se podría beneficiar de la suerte y contar en su habilidad
política habitual. Pero también hay una posibilidad de que Argentina se
encamine a graves problemas económicos, aunque no tan profundos como los
de la crisis de 2001.
YPF no será probablemente el primero de una ola de nacionalizaciones
en el país. Su situación es sui generis . Es cierto que la mayoría de
las empresas de energía en la región son controladas por el Estado,
aunque algunas son más eficaces que otras.
Sin embargo, el hecho de que la medida se llevó a cabo de manera poco
delicada, incluso hostil, se reforzará la percepción de que Argentina
es impredecible. Otros países, Colombia y Brasil, por ejemplo, ofrecen
entornos más atractivos para los inversionistas. Y hay poca confianza en
que la nacionalización resultará en una mayor eficiencia.
Al igual que algunos otros países de la región, Argentina no parece
estar avanzando. Está estancada, sin un sentido de visión alternativa.
En su lugar, se toman las decisiones, a menudo de manera impredecible,
en búsqueda de beneficios políticos de corto plazo.
Este Artículo fue publicado en el diario el Colombiano y en el Inter American Dialogue
Réplica de Jorge Argüello
Carta al editor: La expropriación de YPF
En un artículo recientemente publicado en El Colombiano, el
presidente del Inter-American Dialogue, Michael Shifter, se refiere a la
expropiación de la petrolera argentina YPF enlazando una serie de
afirmaciones desacertadas que lo llevan, necesariamente, a una
conclusión errónea sobre la situación y las perspectivas de Argentina.
Su apreciación política de que la nacionalización del paquete
accionario mayoritario fue motivada apenas por un supuesto intento de
ganar popularidad y, a la vez, para obtener financiamiento rápido para
el fisco, desconoce dos realidades básicas de este paso histórico hacia
la recuperación de la soberanía hidrocarburífera en mi país.
El cambio se hizo a través de una ley debatida en el Congreso y
aprobada por la mayoría más amplia de fuerzas políticas que haya logrado
un proyecto enviado por el Ejecutivo. La ley crea una empresa que
integra el capital público y privado, nacional e internacional, en
alianzas estratégicas dirigidas a la exploración y explotación de
hidrocarburos convencionales y no convencionales.
Además, el último detonante de la medida fue la aguda falta de
inversiones de la española Repsol, el socio privado que controlaba YPF.
Por eso, la nueva gestión de la YPF tiene un mandato claro de la
Presidenta: el compromiso con los objetivos de desarrollo económico y
social del país.
Como expresa la ley, su objetivo prioritario es el logro del
autoabastecimiento de hidrocarburos y la explotación, industrialización,
transporte y comercialización de hidrocarburos, “a fin de garantizar el
desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el
incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y el
crecimiento equitativo y sustentable de las provincias y regiones”.
En su análisis, Shifter incurre en otro error de apreciación, al
sostener que la salud de la economía argentina depende casi
exclusivamente de su capacidad exportadora de soja. En el proceso de
reactivación económica iniciado en 2003, la soja ha supuesto poco más de
la décima parte del crecimiento del PIB.
En cambio, durante los últimos nueve años Argentina experimentó
sustantivos cambios en el patrón de crecimiento. Su PIB aumentó a una
tasa de 7,7% promedio (contra 2,3% de 1991-2002) y su producción
industrial acompañó con otro 7,7% (contra -0,6% de 1994-2002). Esa
transformación cualitativa se tradujo también en el incremento de las
exportaciones de manufacturas de origen industrial y agrícola: en 2003
representaban el 60,3% y en el 2011 representan el 78,3%, a diferencia
del resto de la región, que reprimarizó sus economías.
En conclusión, lejos de estar estancada, Argentina continúa creciendo
y la nueva YPF será una herramienta fundamental para que desde ahora
también la matriz energética nacional acompañe adecuadamente el proceso
de desarrollo económico con inclusión social iniciado en 2003.
Este Artículo fue publicado en el diario el Colombiano y en el Inter American Dialogue
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