El saliente presidente
del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, dijo hoy que EE.UU. debe forjar
una "nueva alianza" con sus socios en América Latina, al tiempo que
consideró que el presidente venezolano, Hugo Chávez, está perdiendo
influencia en la región.
"EE.UU. debería trabajar con sus socios comerciales en las Américas para profundizar sus vínculos de desarrollo, reforma e inversiones", alegó Zoellick en un discurso para conmemorar el 30 aniversario del Diálogo Interamericano, un centro de estudios.
"EE.UU. debería trabajar con sus socios comerciales en las Américas para profundizar sus vínculos de desarrollo, reforma e inversiones", alegó Zoellick en un discurso para conmemorar el 30 aniversario del Diálogo Interamericano, un centro de estudios.
Estados
Unidos "ya no está liderando la agenda de libre comercio, al depender
cada vez más en medidas defensivas", aparte de que afronta retos como
"puertos anticuados y leyes que protegen a intereses especiales",
continuó.
Por ello, EE.UU. "necesita hacer que su red de pactos comerciales sea más dinámica, vinculada a políticas de negocios e inversiones, y una mejor gobernabilidad", recetó.
Por ello, EE.UU. "necesita hacer que su red de pactos comerciales sea más dinámica, vinculada a políticas de negocios e inversiones, y una mejor gobernabilidad", recetó.
Sobre
Chávez, un férreo crítico de Washington y que buscará la reelección el
próximo 7 de octubre, Zoellick vaticinó que la influencia del mandatario
venezolano tiene sus días contados.
"Los días de Chávez están contados. Si se eliminan sus subsidios a Cuba y Nicaragua, esos regímenes estarán en problemas", vaticinó Zoellick, al referirse a los subsidios petroleros de Caracas con países afines.
"Los demócratas en América Latina -de izquierda, centro y derecha-, deberían estar preparándose. Los llamados a la democracia, a un fin de matones intimidantes, por los derechos humanos, elecciones justas y el imperio de la ley, debe venir de todas sus capitales", dijo Zoellick, que dejará el cargo al frente del BM a finales de este mes.
"Pronto habrá una oportunidad para que el hemisferio occidental sea el primer hemisferio democrático, no un lugar de golpes de Estado, caudillos, y cocaína, sino de democracia, desarrollo y dignidad", afirmó Zoellick, en un inusitado discurso con alta carga política.
En su discurso titulado "La globalización: hecha en las Américas", Zoellick advirtió, sin embargo, que si América Latina deja la tarea de transformación en manos de Washington o de Ottawa, habrá quienes recurran a acusaciones de "neoimperialismo", aunque no los citó por nombre.
Para Zoellick, la "nueva alianza" debe incluir una integración "progresiva" que reduzca más las barreras e incremente las oportunidades; una innovación del sector energético, liderada por EE.UU.; un nuevo "pragmatismo" diplomático que incluya al sector privado en áreas dominadas antes por "monopolios públicos"; un frente común ante las amenazas de seguridad, y nuevos llamados a la democracia.
Zoellick criticó el "patrón desafortunado" de EE.UU. de ignorar los peligros en Centroamérica "hasta que explotan", y recomendó que Washington elabore junto a México, Colombia y Panamá "una estrategia coherente y no curitas".
"Los frágiles Gobiernos de Centroamérica corren el riesgo de ser superados por el crimen y la violencia del narcotráfico, el crimen organizado, las pandillas y las armas", señaló.
A manera de ejemplo, Zoellick dijo que España, con una población parecida a la de Centroamérica, registró cerca de 400 homicidios en 2010, mientras que el istmo centroamericano superó los 18.000 ese año. La inseguridad conlleva un costo económico muy alto en la región, al son de hasta un ocho por ciento del Producto Interno Bruto, observó.
Asimismo, dijo que Brasil podría jugar un mayor protagonismo en la lucha contra la proliferación de armas nucleares.
Zoellick coincidió con el exsubsecretario de Estado para asuntos interamericanos, Bernard Aronson, quien propuso en abril pasado que Brasil ponga fin voluntariamente a su programa de enriquecimiento de uranio, y pida que naciones como Irán sigan su ejemplo.
"Si Brasil quiere moldear el siglo XXI, con un liderazgo en la prevención de la propagación de armas nucleares -con ideas y acciones- enviaría una poderosa señal", dijo.
Por otra parte, Zoellick consideró que EE.UU. debe sacar provecho al pujante mercado hispano, que supera los 50 millones de personas y cuenta con un poder adquisitivo de más de un billón de dólares.
"Mientras crece América Latina, los negocios hispanos en EE.UU. ofrecen un atractivo increíble. Los hispanos en EE.UU. podrían estar en la vanguardia de una nueva economía en el hemisferio occidental", aventuró.
Fuente: EFE
"Los días de Chávez están contados. Si se eliminan sus subsidios a Cuba y Nicaragua, esos regímenes estarán en problemas", vaticinó Zoellick, al referirse a los subsidios petroleros de Caracas con países afines.
"Los demócratas en América Latina -de izquierda, centro y derecha-, deberían estar preparándose. Los llamados a la democracia, a un fin de matones intimidantes, por los derechos humanos, elecciones justas y el imperio de la ley, debe venir de todas sus capitales", dijo Zoellick, que dejará el cargo al frente del BM a finales de este mes.
"Pronto habrá una oportunidad para que el hemisferio occidental sea el primer hemisferio democrático, no un lugar de golpes de Estado, caudillos, y cocaína, sino de democracia, desarrollo y dignidad", afirmó Zoellick, en un inusitado discurso con alta carga política.
En su discurso titulado "La globalización: hecha en las Américas", Zoellick advirtió, sin embargo, que si América Latina deja la tarea de transformación en manos de Washington o de Ottawa, habrá quienes recurran a acusaciones de "neoimperialismo", aunque no los citó por nombre.
Para Zoellick, la "nueva alianza" debe incluir una integración "progresiva" que reduzca más las barreras e incremente las oportunidades; una innovación del sector energético, liderada por EE.UU.; un nuevo "pragmatismo" diplomático que incluya al sector privado en áreas dominadas antes por "monopolios públicos"; un frente común ante las amenazas de seguridad, y nuevos llamados a la democracia.
Zoellick criticó el "patrón desafortunado" de EE.UU. de ignorar los peligros en Centroamérica "hasta que explotan", y recomendó que Washington elabore junto a México, Colombia y Panamá "una estrategia coherente y no curitas".
"Los frágiles Gobiernos de Centroamérica corren el riesgo de ser superados por el crimen y la violencia del narcotráfico, el crimen organizado, las pandillas y las armas", señaló.
A manera de ejemplo, Zoellick dijo que España, con una población parecida a la de Centroamérica, registró cerca de 400 homicidios en 2010, mientras que el istmo centroamericano superó los 18.000 ese año. La inseguridad conlleva un costo económico muy alto en la región, al son de hasta un ocho por ciento del Producto Interno Bruto, observó.
Asimismo, dijo que Brasil podría jugar un mayor protagonismo en la lucha contra la proliferación de armas nucleares.
Zoellick coincidió con el exsubsecretario de Estado para asuntos interamericanos, Bernard Aronson, quien propuso en abril pasado que Brasil ponga fin voluntariamente a su programa de enriquecimiento de uranio, y pida que naciones como Irán sigan su ejemplo.
"Si Brasil quiere moldear el siglo XXI, con un liderazgo en la prevención de la propagación de armas nucleares -con ideas y acciones- enviaría una poderosa señal", dijo.
Por otra parte, Zoellick consideró que EE.UU. debe sacar provecho al pujante mercado hispano, que supera los 50 millones de personas y cuenta con un poder adquisitivo de más de un billón de dólares.
"Mientras crece América Latina, los negocios hispanos en EE.UU. ofrecen un atractivo increíble. Los hispanos en EE.UU. podrían estar en la vanguardia de una nueva economía en el hemisferio occidental", aventuró.
Fuente: EFE
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