Bolivia continúa amenazada por los amotinados
Después de cinco días, el presidente Evo Morales aún
no logra aplacar el motín policial al que denunció como parte de un
"intento golpista". Los agentes de seguridad, que rechazaron un convenio
suscrito el domingo sobre mejoras salariales que no modificaba el
sueldo básico y continúan exigiendo un sueldo mínimo de 2 mil
bolivianos, tomaron el control de la Plaza Murillo, frente al Palacio
Quemado y la sede del Congreso Nacional, donde se enfrentaron con
seguidores del gobierno.
Página/12
Los
amotinados entraron a los golpes y emplearon granadas de gas hasta
bloquear los cuatro accesos a la Plaza Murillo, donde había una
movilización a favor del presidente por parte de la Confederación
Nacional de Juntas Vecinales (Conaljuve), que lidera Efraín Chambi, y la
Confederación de Interculturales de Bolivia (ex colonizadores), de
Gustavo Aliaga. "Estamos en las calles para defender el proceso de
cambio iniciado por Evo en 2006", sostuvo Aliaga.
La movilización fue atacada por unos 200 policías del Regimiento 5
de la capital, quienes con sus armas de reglamento, lanza gases y
balines terminaron de desalojar a los movimientos sociales afines al
MAS. "Estamos armados con lo necesario y que quede claro que son
nuestras armas, nosotros compramos nuestras armas", aseguró uno de los
policías de El Alto. También en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra se
paralizaron las actividades de los policías, quienes piden un mejor
trato económico.
El cuartel de la UTOP, a pasos del Palacio Quemado, seguía siendo el epicentro del motín policial. "No aceptamos el último acuerdo. Ahora pedimos una negociación directa con el presidente Evo Morales", declaró Guadalupe Cárdenas, la mujer que lideró una vigilia, protesta que fue atendida sin éxito por el viceministro de Régimen Interior y Polícia, Jorge Pérez.
Ayer, Morales anunció, en la mina Corocoro, que no sacaría al ejército a las calles para evitar muertes: "La derecha está buscando muertos y, compañeros, no vamos a prestarnos a ese juego; vamos a defender este proceso, somos parte de este proceso y vamos a defenderlo hasta las últimas consecuencias".
El cuartel de la UTOP, a pasos del Palacio Quemado, seguía siendo el epicentro del motín policial. "No aceptamos el último acuerdo. Ahora pedimos una negociación directa con el presidente Evo Morales", declaró Guadalupe Cárdenas, la mujer que lideró una vigilia, protesta que fue atendida sin éxito por el viceministro de Régimen Interior y Polícia, Jorge Pérez.
Ayer, Morales anunció, en la mina Corocoro, que no sacaría al ejército a las calles para evitar muertes: "La derecha está buscando muertos y, compañeros, no vamos a prestarnos a ese juego; vamos a defender este proceso, somos parte de este proceso y vamos a defenderlo hasta las últimas consecuencias".
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