Chaco cambia su ley de Defensa Civil
La polémica por el acuerdo de cooperación humanitaria con el Comando Sur del Ejército estadounidense en Chaco sigue despertando pasiones.
Tiempo Argentino
La semana pasada, el gobierno chaqueño que
encabeza Jorge Capitanich volvió a aclarar que los dos edificios
construidos en el aeropuerto internacional de Resistencia serán
destinados a la sede permanente de Defensa Civil. También se anunció la
presentación en la Legislatura de un proyecto para modificar la Ley de
Defensa Civil que rige en Chaco, impuesta durante la dictadura. El
objetivo es sancionar una nueva legislación para intervenir ante
emergencias y catástrofes que prohíba expresamente la injerencia de
cualquier Estado extranjero. La presentación del proyecto, que se
anunció el martes último, fue acompañada por una movilización popular
que recordó el Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810.
La decisión de modificar la Ley de Defensa Civil provincial, al igual que la cancelación del convenio con el Grupo Militar de la Embajada de EE UU, responden a una política de Estado impulsada por la Cancillería y el Ministerio de Defensa. El principio consiste en evitar, bajo el paraguas de las urgencias humanitarias, la injerencia de potencias militares extranjeras. “No se trataba de una base militar, aunque los fondos para la construcción salieron del fondo de asistencia humanitaria del Comando Sur. Aunque el convenio no preveía presencia militar, podría haber dejado una puerta abierta para un tipo de capacitación”, señaló anoche a Tiempo Argentino el secretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa, Alfredo Forti. “Con la imagen humanitaria muchas veces se enmascaran políticas de intervención. No es algo nuevo. Se suele usar lo humanitario, como caballo de Troya, para establecer otra relación”, advirtió Gabriel Fuks, titular de Cascos Blancos de la Cancillería.
La decisión de modificar la Ley de Defensa Civil provincial, al igual que la cancelación del convenio con el Grupo Militar de la Embajada de EE UU, responden a una política de Estado impulsada por la Cancillería y el Ministerio de Defensa. El principio consiste en evitar, bajo el paraguas de las urgencias humanitarias, la injerencia de potencias militares extranjeras. “No se trataba de una base militar, aunque los fondos para la construcción salieron del fondo de asistencia humanitaria del Comando Sur. Aunque el convenio no preveía presencia militar, podría haber dejado una puerta abierta para un tipo de capacitación”, señaló anoche a Tiempo Argentino el secretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa, Alfredo Forti. “Con la imagen humanitaria muchas veces se enmascaran políticas de intervención. No es algo nuevo. Se suele usar lo humanitario, como caballo de Troya, para establecer otra relación”, advirtió Gabriel Fuks, titular de Cascos Blancos de la Cancillería.
- Ver un desarrollo más extenso en "Argentina: No al Comando Sur"
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