Mañana, asamblea en Bolivia
OEA: polémico inicio de la cumbre
Insulza, criticado por "debilitar" la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
WASHINGTON.-
La Organización de Estados Americanos (OEA) inicia mañana su asamblea
general en Bolivia, en medio de cuestionamientos a su titular, el
chileno José Miguel Insulza, a quien muchos consideran uno de los
"peores secretarios generales" que tuvo el organismo.
Buena parte de las críticas contra Insulza provienen de
entidades defensoras de los derechos humanos, que le reprochan su
permeabilidad ante la ofensiva de varios gobiernos de la región -entre
ellos, el del venezolano Hugo Chávez- para socavar el papel de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Presionado por un malestar creciente, Insulza se vio
obligado a defender su gestión. "Yo no quiero debilitar a la CIDH, sino
otorgarle un poco de flexibilidad en su funcionamiento y hacerla más
previsible", se atajó.
El argumento no convenció. "Lo que usted propone es un
grave error, que pone en riesgo y en la incertidumbre al sistema
interamericano de derechos humanos cuando a él se le deben,
precisamente, los mejores logros regionales en la materia", contraatacó
el titular de la organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.
Uno de los puntos de la reforma de Insulza que provoca
más irritación es el que promueve que la CIDH "haga consultas" con los
Estados a los que supervisa antes de aplicar medidas cautelares que
puedan molestarlos.
Es curioso que se quiera pretender ese cambio "cuando
las medidas cautelares de la comisión han salvado la vida a cientos de
personas en la región", disparó, a su vez, el ex presidente de la CIDH
Robert Goldman.
La labor de la CIDH ha sido largamente ponderada en
distintos ámbitos. "Es la verdadera joya de la corona, lo que mejor
funciona de la OEA y, sin embargo, se la quiere debilitar", subrayó
Victoria Amato, de la Fundación para el Debido Proceso, en diálogo con
LA NACION.
También la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)
clamó ayer por mantener la "independencia" de la CIDH y rechazar las
recomendaciones avaladas por Insulza, al considerar que podrían abrir la
puerta a un "debilitamiento" de su tarea y, particularmente, de la que
realiza su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión.
Escándalo
La embestida en contra de la CIDH se hizo más palmaria a
partir de presiones del gobierno de Chávez, uno de los que más ha
incumplido las disposiciones del organismo de derechos humanos.
"Nosotros lo pusimos a Insulza en la OEA a cambio de
que éste descabezara a la CIDH", dijo meses atrás el embajador de
Caracas ante el organismo Roy Chaderton. "La verdad, nos hubiese
convenido apoyar a otro candidato porque él nos ha fallado en lo que
prometió", añadió el diplomático.
Fue uno de los peores escándalos en el pasado reciente de la OEA. Insulza, que estaba presente, optó por permanecer callado.
El intento reformista de Insulza llega en un momento
delicado para la CIDH, que se encuentra en pleno proceso para elegir
nuevas autoridades. Su actual presidente, el argentino Santiago Cantón,
dejará el cargo en julio próximo.
Cinco militantes y expertos en materia de derechos
humanos resultaron preseleccionados para sucederlo. Se trata del
guatemalteco Frank La Rue, actual relator especial de Libertad de
Expresión en la ONU, y de los mexicanos Javier Hernández y Emilio
Alvarez, reconocidos expertos del tema.
También figuran dos mujeres: la peruana Sofía Macher,
que trabajó en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y la
norteamericana Elizabeth Abi-Mershed, actual secretaria ejecutiva
adjunta de la CIDH.
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