EL PAIS › LA ASAMBLEA DE LA OEA CONCLUYO CON UN RESPALDO MAYORITARIO A LA POSICION ARGENTINA
Apoyo americano al reclamo por Malvinas
El reclamo de diálogo por la soberanía de las islas
obtuvo el respaldo de todos los países, incluido Estados Unidos, a
excepción de Canadá. Se discutió por el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos pero, por ahora, sin cambios.
Por Sebastián Ochoa(Página/12)
Desde Tiquipaya, Cochabamba
La 42ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos
(OEA) concluyó con el apoyo mayoritario de las delegaciones al reclamo
de Argentina sobre las islas Malvinas, la consolidación de la seguridad
alimentaria en la región y la resignación del reclamo boliviano para
recuperar su acceso al océano Pacífico. El encuentro fue protagonizado
por la exigencia de varios países de modificar estructuralmente a este
organismo internacional, sobre todo al Sistema Interamericano de
Derechos Humanos. Aunque algunos gobernantes llegaron a amenazar con
retirarse de la OEA si no realizaban cambios, se confirmó la próxima
cita para el año que viene en Guatemala. “Argentina está muy satisfecha
con el voto de toda la asamblea para aprobar un texto que insta al Reino
Unido a reiniciar negociaciones de paz con la República Argentina para
concluir el conflicto colonial del cual mi país es víctima”, dijo en
conferencia de prensa el canciller Héctor Timerman.
En la plenaria de la asamblea en el Hotel Regina había una
representante del Reino Unido, Fiona Clouder, que fungía como país
observador. Timerman aprovechó su presencia para invitar al gobierno
británico a iniciar el diálogo. Pero no recibió respuesta, como no
fueron respondidas las 39 resoluciones de las Naciones Unidas que
también instan a los dos países a resolver el conflicto. “Sabiendo que
hay una delegada del gobierno del Reino Unido, la hemos invitado a que
aquí, en Cochabamba, hoy mismo, iniciemos el diálogo de paz. Frente a
los submarinos nucleares que Gran Bretaña despliega alrededor de las
islas, mi país extiende una mano amiga y los olivos de paz para dar
comienzo hoy mismo a estas negociaciones y cumplir con el mandato de las
Naciones Unidas”, planteó Timerman.
Luego de su intervención, el canciller se acercó a la representante
británica para invitarla a comenzar las negociaciones. Clouder le
respondió que no tenía autorización para iniciar un diálogo así, pero
que transmitiría el reclamo a su gobierno.
El proyecto de Declaración sobre la Cuestión de las Islas Malvinas,
presentado por Brasil, contó con la adhesión de la mayoría de las
delegaciones presentes, menos Canadá. “Destaco el voto de Estados Unidos
sumándose al consenso por la resolución, diciendo que mientras exista
conflicto, Estados Unidos no toma partido ni reconoce la soberanía de
ninguno de los dos países. Al mismo tiempo, insta a resolver el
conflicto. Estamos contentos porque es una posición importante de
Estados Unidos, no reconociendo el supuesto derecho soberano que reclama
el gobierno de Gran Bretaña”, dijo el canciller.
“Las 39 resoluciones emitidas por las Naciones Unidas no han hecho
mella en la decisión del gobierno británico de ignorar a las Naciones
Unidas. Es lamentable que una potencia nuclear se niegue a cumplir con
sus decisiones, que no son para que países pequeños y medianos cumplamos
lo que ellos mandan, sino para que las cumplan todos los países por
igual. Así, Gran Bretaña está poniendo en ridículo a las Naciones
Unidas. Muestra que si uno tiene suficiente poder, las Naciones Unidas
no tienen forma de obligar a cumplir las resoluciones”, consideró
Timerman. Según el canciller, potencias militares como el Reino Unido
utilizan a las Naciones Unidas para presionar a otros países de acuerdo
con su conveniencia.
En este sentido, los ministros de Relaciones Exteriores de los
países del ALBA –Bolivia, Ecuador, Venezuela y Guatemala– declararon que
para ellos ya no existe el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR), según el cual si un país externo a la OEA agrede a uno
de sus miembros, las 34 naciones del organismo deberían defenderlo.
Pero esto no ocurrió en Malvinas en 1982, porque Estados Unidos
privilegió sus obligaciones con la OTAN, donde está el Reino Unido.
La discusión planteada por varios países sobre el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos (la Corte y la Comisión) provocó que
se sacaran algunos trapitos al sol. Costa Rica objetó que Nicaragua pida
reformas a la CIDH, porque este país no obedece las recomendaciones de
este organismo para solucionar su conflicto limítrofe por el río San
Juan. La secretaria adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental de
Estados Unidos, Roberta Jacobson, se fue ayer a la mañana de Bolivia,
supuestamente con quejas porque no le habrían dejado responder a las
acusaciones que Bolivia y Ecuador formularon a su país, según las cuales
siempre concibió a la OEA como un “ministerio de colonias”. Pero, según
sus colaboradores, la funcionaria estadounidense se fue temprano porque
tenía otros compromisos.
Un capítulo aparte tuvieron Chile y Bolivia, cuyo Estado exige
recuperar su acceso al Pacífico, perdido en la guerra de 1879. El
canciller boliviano, David Choquehuanca, propuso revisar el tratado de
1904, donde dice que Bolivia renuncia a formular reclamos futuros para
volver a tener mar. Sostuvo que ese acuerdo fue firmado bajo presión,
porque Chile amenazaba con reanudar el ataque militar. El ministro de
Relaciones Exteriores chileno, Alfredo Moreno, rechazó de plano esta
propuesta. Entre las demás delegaciones hubo consenso en que ambos
países arreglen sus diferencias en negociaciones bilaterales.
La asamblea concluyó con la firma de otras 40 resoluciones, que
declaran al agua como derecho humano y despenalizan el masticado de
coca, entre otras. También eligió nuevos jueces para la CIDH.
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