Lugo formó un gabinete paralelo y vendrá a la cumbre del Mercosur
Por Daniel Vittar
El mandatario destituido dijo que quiere volver al poder. No dijo cómo lo haría. Sostuvo que su “gabinete en las sombras” vigilará al régimen. Y que habló con Cristina para presentarse en la reunión del organismo regional en Mendoza el viernes.
Asuncion. Enviado Especial - Clarín
El ex presidente Fernando Lugo comenzó una trabajosa ofensiva
para posicionarse políticamente luego de la destitución sumaria del
Congreso que el viernes pasado lo sacó del poder en Paraguay. Ayer
conformó un gabinete paralelo con ex funcionarios de confianza para
“vigilar” al actual gobierno, insiste con volver al poder y anunció que
irá el próximo viernes a la cumbre de Mercosur en Mendoza, para lo cual
ya se puso de acuerdo con Cristina Kirchner, quien ejerce en este
momento la presidencia pro-tempore del organismo. Allí, dijo, va a
“explicar pormenorizadamente lo que ha ocurrido aquí”.
Dentro de
la estrategia que viene marcando, volvió a desacreditar al actual
gobierno de Federico Franco -“no tiene ninguna autoridad”, sostuvo- y
remarcó que la única forma de restablecer la institucionalidad es que le
permitan retornar al poder, aunque no supo explicar mediante qué
mecanismos legales se podría concretar esa medida. “Quiero resistir
hasta que recuperemos el mando, porque aquí hubo un golpe
parlamentario’’, afirmó. Cuando se le planteó que resultaba difícil que
la situación se revirtiera tras su aceptación pública de la destitución,
respondió con ironía: “En Paraguay y en política todo es posible”.
Lugo
fue acusado de mal desempeño en sus funciones y apartado del cargo en
un juicio político que apenas duró un día, y donde sólo tuvo dos horas
para su defensa. Hubo 39 votos a favor de la destitución y sólo 4 en
contra. Su vice Federico Franco asumió como presidente y ahora
completará el período de gobierno hasta el 15 de agosto de 2013.
El
mandatario aceptó el juicio y su desplazamiento. Pero luego aclaró que
lo hizo “sólo para evitar la violencia’’. En este sentido ayer tuvo otro
revés, ya que la Corte Suprema de Justicia rechazó por “improcedente’’
el pedido presentado por sus abogados para anular el proceso
parlamentario. “En un juicio político se juzgan conductas políticas y no
es un juicio ordinario; es responsabilidad del Congreso’’, señaló el
tribunal en la breve argumentación en la que, paradójicamente, se
sostuvo en jurisprudencia que reunió en un libro uno de los abogados
defensores del propio Lugo.
Después de recluirse un par de días a
raíz del golpe anímico que implicó su destitución, el ex obispo volvió
ayer a mostrar iniciativa, recostándose en la contención que le dan los
gobernantes de la región. Con toda la intención de marcar terreno
propio, reunió a su “mini” gabinete en el mismo horario en que Franco le
tomaba juramento a sus nuevos ministros. Es más, el acto oficial tuvo
que ser demorado 15 minutos para que no coincidiera con la rueda de
prensa de Lugo.
No sólo complicó a sus adversarios políticos,
sino también a la teve local que iba de Lugo a Franco, sin saber a quién
darle prioridad.
Ante los periodistas Lugo explicó que dará
continuidad a su cuerpo de ministros al estilo de un “gabinete en las
sombras”, un mecanismo usual en Gran Bretaña. “Con los ministros
queremos convertirnos en fiscales, observadores y monitorear todo lo que
van a hacer los nuevos ministros”, dijo el político destituido. Y
explicó que verificará si los nuevos funcionarios mantienen las
“políticas que venía desarrollando el gobierno”.
Volvió a
incentivar la reacción social, que hasta ahora es escasa y esporádica,
aunque aclarando que se deben evitar acciones de violencia. “Vamos a
potenciar toda iniciativa de resistencia pacífica para revertir lo que
ha ocurrido en el viernes negro de la semana pasada; la Constitución
nacional contempla una resistencia.
Esa resistencia debe ser pacífica, pacífica ”, repitió para que quedara claro.
Lugo
decidió dar esta pelea interna porque cuenta con respaldo de varios
mandatarios de la región. Si bien es casi unánime el blindaje que
consiguió en Unasur, no ocurre lo mismo con los integrantes del
Mercosur.
En ese organismo -integrado por Argentina, Paraguay,
Uruguay y Brasil- sólo nuestro país mantiene una posición de ruptura con
el actual gobierno paraguayo. El uruguayo José Mujica calificó de
“golpe de Estado parlamentario” lo ocurrido, pero se manifestó contrario
a aplicar medidas severas. “No somos partidarios de sanciones
económicas, aislamiento económico, ni nada de eso porque eso lo termina
pagando la gente”, dijo.
Para Dilma Rousseff la situación agrega
la complicación de que hay unos 350.000 productores brasileños en
Paraguay que piden que se acepte a Franco. Se atribuye a eso que el
asesor en Asuntos Internacionales Marco Aurelio García sostuviera que
hay que “dejar que esa crisis en Paraguay se decante sola para ver cómo
va a quedar”.
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