Desde su firma el 2 de septiembre de
1947, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) nunca se
ha puesto en acción para defender los intereses de los países que lo
suscriben, ni siquiera en 1982 cuando ocurrió la agresión del Reino
Unido en las Malvinas Argentinas.
(AVN) Por
esa razón, este martes los países miembros de la Alianza Bolivariana para los
pueblos de nuestra América (Alba) denunciaron el pacto, mientras se
desarrollaba la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos
(OEA), en Cochabamba, Bolivia.
"Hemos
decidido echar a la basura lo que ya no sirve, el Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca", manifestó el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño,
en rueda de prensa conjunta con sus homólogos de Venezuela, Nicolás Maduro; de
Bolivia, David Choquehuanca; y de Nicaragua, Samuel Santos.
Patiño
calificó al TIAR como un "muerto insepulto" cuya única vez que debió
activarse "no sólo fue ignorado, sino que un país privilegió su posición
como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN)".
En
1982, Estados Unidos bloqueó la aplicación del TIAR para favorecer los
intereses británicos por encima de los de Argentina durante la Guerra en las
Malvinas.
Las
naciones del grupo Alba sostuvieron que el tratado demostró su inutilidad
"cuando una potencia colonial extracontinental agredió a Argentina en
respuesta a su reivindicación legítima de la soberanía de las Islas Malvinas,
Sandwich del Sur y Georgias del Sur, ocasión en la cual un Estado Parte del
Tratado apoyó la agresión".
Venezuela,
Bolivia, Nicaragua y Ecuador confirmaron su retiro como Estados Parte porque
"en la práctica, el Tratado ha perdido legitimidad y vigencia".
De
acuerdo al artículo 25 del TIAR, cualquiera de las Altas Partes Contratantes
tiene la potestad de denunciar el Tratado mediante una comunicación escrita, y
el cese de los efectos del texto se hará efectiva "transcurridos dos años
a partir de la fecha en que la Unión Panamericana reciba una notificación de
denuncia".
Los
países del Alba ya habían evaluado la posibilidad de denunciar al TIAR. En
febrero de este año, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, planteó el
retiro del grupo como una medida concreta de condena al colonialismo de
potencias extranjeras en la región.
En
esa oportunidad, durante la cumbre del bloque bolivariano, Correa destacó que
la prioridad debía ser "seguir trabajando para tener un sistema
interamericano sin países hegemónicos".
No
es la primera vez que naciones condenan al TIAR. En 2001, el entonces
presidente de México, Vicente Fox, anunció que su país dejaría de ser Estado
Parte del tratado porque "no sólo representa hoy un caso grave de
obsolescencia e inutilidad, sino que ha impedido, en contra de sus propósitos,
la generación de una idea de seguridad adecuada a los alcances y necesidades
del hemisferio".
En
ese entonces, Fox consideró que la prueba más contundente del fracaso del TIAR
había sido su nula actuación durante el conflicto de las Malvinas. La
salida de México se oficializó en septiembre de 2002.
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