lunes, 4 de junio de 2012

Correa: urgen cambios en el sistema interamericano

 
 
Caracas, 04 Jun. AVN.- Este lunes, desde Cochabamba, Bolivia, el presidente ecuatoriano Rafael Correa denunció la subordinación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a los intereses de capitales extranjeros y de la extrema derecha empresarial que se opone a las transformaciones democráticas que viven la mayoría de los países de América Latina.
En el segundo día de sesión de la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Correa subrayó que el objetivo de los gobiernos de la región es transformar la democracia en justicia social, así como la desintegración del Estado burgués en favor de un Estado que vele por los derechos de los pueblos
Insistió en que las instituciones deben estar a la altura del cambio de época,"revolucionarse o desaparecer" y entender que no son fines sino medios para brindarle a los ciudadanos un buen vivir.
El sistema interamericano no está a la altura de la revolución continental, afirmó tras enumerar problemas locales como la presencia de un enclave colonial en Argentina, el embargo que padece el pueblo cubano o la impunidad del golpe de estado contra el ex mandatario hondureño, Manuel Zelaya.
La crisis de eficacia y representatividad de la CIDH va de la mano con la influencia y dominación de países hegemónicos, del gran capital tras los negocios de la comunicación, que operan a través de las organizaciones no gubernamentales (ONG), denunció.
"No debemos olvidar que la CIDH no ha sido ratificada por todos los países miembros de la OEA y que se financia en un 96,5% a través de fondos externos, aportados específicamente por países que no han ratificado la Convención de Derechos Humanos de la OEA, de Estados denominados 'Estados observadores' (principalmente forman parte de la Unión Europea) y de organismos y fundaciones de cooperación internacional".
Correa instó a los asistentes a rechazar la imposición de principios jurídicos o culturales de las grandes potencias para enfocarlos derechos humanos en la región" y mucho menos la "doble moral de ciertos Estados americanos, miembros de la OEA", que no han suscrito la Convención "pero deciden sobre su normativa, sobre su institucionalidad".
Calificó de incomprensible, intolerable y aberrante que la sede la CIDH esté en Washington cuando EEUU no es signatario el Pacto de San José.

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