Buenos Aires, 6 jun (EFE).- El Gobierno de Argentina se
declaró hoy víctima de "una campaña de corporaciones internacionales" y
aseguró que se ubica "entre las 11 economías más abiertas del mundo", en
medio de las acusaciones de proteccionismo de otros países.
"Hay
una campaña en los últimos meses de corporaciones internacionales que
quieren aumentar la rentabilidad en Argentina porque, de esta manera,
van a obtener beneficios que van a girar a sus países, que están en
crisis", indicó el canciller, Héctor Timerman, durante una rueda de
prensa.
Según el canciller, se trata de "una campaña para que se
sigan entregando dividendos (por parte de multinacionales), más de los
que se hace, debilitando sus empresas acá, pero salvando sus casas
matrices".
Timerman negó además que las quejas de la Unión Europea
(UE) ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las trabas
argentinas a las importaciones desalienten las inversiones en el país.
"Si
así fuera, al Unión Europea no tendría ninguna inversión", dijo el
canciller de Argentina, que este martes aceptó el pedido de consultas
que la UE presentó ante la OMC el pasado 25 de mayo por las
restricciones a las importaciones, aunque rechazó "todos los puntos
cuestionados".
El bloque europeo considera incompatibles con las
normas de la OMC el régimen argentino de autorización previa y
preinscripción para la importación de todas las mercancías, lo que
afecta a centenares de tipos de productos.
Las trabas que
Argentina impone a la importación de productos para promover la
industria local también han despertado quejas de sus vecinos, como
Chile, e incluso de sus socios del Mercosur, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Al
presentar un informe sobre inversión extranjera directa (IED) en el
país, Timerman aseguró que Argentina "se sitúa entre las 11 economías
más abiertas del mundo, de 55 países analizados por la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)".
Afirmó además
que Argentina es la segunda economía más abierta del G20, detrás de
Alemania, según el índice de restricciones de IED de la OCDE.
"En
América Latina, el país también es la segunda economía más abierta,
detrás de Colombia", enfatizó el funcionario, quien aseguró que
Argentina está entre las "principales" naciones que "defienden la
inversión extranjera".
Según el informe presentado, el monto
promedio de IED que recibió Argentina entre 2003 y 2011 fue de 5.480
millones de dólares anuales, sin considerar las operaciones de fusiones y
adquisiciones de empresas.
"Para Argentina, no hay diferencias
entre inversores extranjeros y locales. Los extranjeros acceden aquí a
créditos e incluso a créditos otorgados por el Estado", sostuvo el
canciller al presentar el informe sobre los "mitos" sobre la inversión
en el país.
Añadió que el promedio de inversiones han crecido año a
año en las últimas décadas y que, según la Cepal, la nación recibe la
mayor proporción de proyectos de alta intensidad tecnológica de América
del Sur.
"En los últimos años, las 2.000 empresas instaladas en el
país alcanzaron una rentabilidad promedio que no bajó del 9 por ciento
anual", señaló Timerman.
Cuestionó también los 55 tratados
bilaterales de inversión que mantiene el país desde los gobiernos de
Carlos Menem (1989-1999) y Fernando de la Rúa (1999-2001) porque,
consideró, "atan la soberanía a las legislaciones de otros países".
La
semana pasada, la presidencia danesa de la Unión Europea informó de un
acuerdo con el Parlamento Europeo para remodelar el sistema de
preferencias arancelarias (SGP), que implica excluir a Argentina y a
otros países de renta media-alta de ventajas aduaneras desde 2014.
Las
críticas de la UE a las políticas de comercio de Argentina ocurrieron
tras la decisión del país suramericano de expropiar el 51 por ciento de
las acciones de la petrolera YPF al grupo español Repsol.
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