MIAMI-.Cuando
entrevisté al presidente chileno Sebastián Piñera tras la firma de la
creación de la Alianza del Pacífico entre México, Colombia, Perú y Chile
la semana pasada, y el mandatario chileno aseguró que el nuevo bloque
será el más ambicioso de su tipo, mi primera reacción fue de respetuoso
escepticismo. Después de todo, en las últimas décadas se han firmado
todo tipo de acuerdos de integración económica y política en
Latinoamérica -incluida la Aladi, SICA, el Pacto Andino, el Mercosur, la
Unasur y el Celac- que se inauguraron con bombos y platillos, y en la
mayoría de los casos fueron rápidamente olvidados y se convirtieron en
sellos de goma.
Pero Piñera asegura que hay sólidas bases para pensar
que la Alianza del Pacífico será diferente, entre otras cosas, porque
empieza con una gran ventaja: sus miembros ya tienen acuerdos de libre
comercio entre ellos y, por lo tanto, pueden concentrarse en metas más
ambiciosas, como la creación de un frente unido para negociar pactos de
libre comercio con Asia. "La Alianza del Pacífico busca una integración
que permita el libre flujo de bienes, servicios, inversiones y de
personas", dijo Piñera.
Sumadas, las economías de los países miembros de la
Alianza del Pacífico ya representan la novena economía mundial, y sus
exportaciones totales representan más del 50 por ciento de las
exportaciones totales de Latinoamérica, añadió. Las exportaciones de la
Alianza del Pacífico son casi el doble del Mercosur, constituido por
Brasil, la Argentina, Uruguay y Paraguay.
En la ceremonia de la firma del Acuerdo del Pacífico
celebrada en Antofagasta, Chile, el 6 de junio, los presidentes de
México, Colombia, Perú y Chile establecieron que el nuevo bloque
finalizará la creación de la primera bolsa de valores conjunta de
Latinoamérica, que ya existe, pero que aún no incluye a México. También
acordaron establecer oficinas de promoción de exportaciones conjuntas en
países asiáticos, eliminar las restricciones de visas para sus
ciudadanos y crear un sistema universitario conjunto para que los
estudiantes puedan estudiar en cualquiera de los países miembros.
Con respecto al comercio, acordaron que la Alianza del
Pacífico procurará eliminar para fines de 2012 las barreras aduanales y
reglas de origen entre los países miembros. Los cuatro presidentes
también convinieron iniciar negociaciones para crear un sistema
supranacional de resolución de disputas que daría mayores garantías
jurídicas a las empresas que deseen invertir en cualquiera de los países
de la Alianza del Pacífico.
Varios expertos en comercio internacional con los que
hablé son cautelosamente optimistas con respecto al nuevo bloque. "Veo
esto como algo más serio de lo que se ha hecho en otros esquemas de
integración anteriores", me dijo Antoni Estevadeordal, director de la
división de integración y comercio del Banco Interamericano de
Desarrollo. "Si hay voluntad política para acompañar el proceso, creo
que podemos ver algo promisorio en la región."
Osvaldo Rosales, director de la división de comercio e
integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de
la ONU, dijo: "Es una iniciativa interesante, con mucho potencial, pero
que podría haber sido aún más ambiciosa".
Mi opinión: la nueva Alianza del Pacífico tiene sentido
por una razón muy simple, que es que ningún país latinoamericano por sí
mismo tiene la capacidad necesaria para exportar productos
manufacturados en gran escala a los gigantescos mercados asiáticos. Si
los países latinoamericanos quieren vender autos, heladeras o zapatos a
Asia, tienen que crear cadenas de producción conjuntas y negociar
acuerdos de comercio de manera conjunta. Los cuatro miembros del nuevo
bloque, más Panamá y Costa Rica, si se unen al grupo, tienen ante sí una
oportunidad de oro. Sigo siendo escéptico sobre la Alianza del
Pacífico, pero mucho menos que con respecto a los otros bloques que han
surgido en la región, porque arranca con bases más concretas.
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