“Tercera vía”
Por Emilio Ruchansky (Página/12)
El
encargado de las políticas de drogas en Estados Unidos, Gil Kerlikowske,
dio un largo discurso ante la Cicad en el que planteó una “tercera
vía”, entre la prohibición y la legalización de las drogas. Esa vía
serían las “Cortes de drogas”, un sistema que sigue judicializando la
atención a los usuarios, ya que impone tratamiento obligatorio a quienes
son detenidos por infringir las leyes de drogas de su país. Algo
similar ocurre en la Argentina, aunque todos los proyectos de
despenalización presentados por las distintas fuerzas políticas en el
Congreso proponen eliminar este sistema.
“No existe una bala de plata que permita solucionar el problema”,
dijo el funcionario. Luego mencionó los avances que implica el nuevo
plan de drogas presentado por el presidente Barack Obama, que pone el
foco en la reducción de la demanda y no en combatir la oferta. “Debemos
confiar en la ciencia, no en los dogmas. Debemos confiar en la
investigación, no en la ideología”, dijo Kerlikowske, quien luego
resaltó que 120 mil personas por año en su país pasan por las Cortes de
drogas y reciben tratamiento.
Sin aclarar de dónde provenían las cifras, el funcionario aseguró
que en los últimos cinco años bajó un 40 por ciento el consumo de
cocaína y un 50 el consumo de metaanfetaminas. “La cantidad de cocaína
consumida en Europa del oeste y central se duplicó en la última década”,
agregó. Luego advirtió que su país sigue siendo el principal donante de
asistencia técnica y material de la Cicad y destacó que el director de
Reducción de la Demanda de su gobierno, David Mineta, es parte del staff
jerárquico de ese organismo.
Kerlikowske también dedicó varios tramos de su discurso a criticar
la estrategia de legalización y regulación de las drogas y ninguno a
reconocer el fracaso del prohibicionismo. “Damos la bienvenida al
diálogo en busca de la mejor táctica para enfrentar la amenaza que
implica el crimen organizado transnacional. Reconocemos que es apropiado
examinar si puede funcionar mejor. Pero también reconocemos que las
redes del crimen transnacional no van a desaparecer si las drogas se
legalizan”, aseguró.
Su argumento, similar al de varios funcionarios de la Oficina de
Drogas y Delito de la ONU, es que no sólo se financia con drogas. “Ellos
diversificaron el negocio, sacando ganancia de la trata de personas, el
secuestro y la extorsión”, dijo Kerlikowske. No mostró ninguna prueba
sobre sus dichos, pero insistió en que los impuestos sobre las drogas,
en caso de legalizarlas, no alcanzarían para cubrir el daño sanitario
que implican. Y ahí sí dio un ejemplo: el alcohol. Sin embargo, Estados
Unidos lo legalizó luego de las mafias y las muertes por bebidas
adulteradas que produjo esa prohibición. “Desgraciadamente, no existen
soluciones simples aquí”, dijo.
“Al menos, esta vez tuvieron que salir a la defensiva y decir que es
más importante la salud de los usuarios, que la represión. La visión
estadounidense ya no es tan hegemónica”, reflexionó anoche una fuente de
la Sedronar.
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