El fracaso de la VI Cumbre de las Américas
Por Raúl Zibechi (Programa de las Américas)
Dilma Rousseff interrumpió el discurso de Barack Obama. El presidente
de los Estados Unidos peroraba sobre los avances de varios países de
América Latina diciendo que ahora existe “una próspera clase media” que
es una oportunidad de negocios para empresas de su país. “De repente
están interesados en comprar iPads, interesados en comprar aviones de la
Boeing”. “O Embraer”, cortó Dilma cosechando aplausos.
Días atrás la presidenta de Brasil había sido ninguneada en
Washington cuando la celebración de una fiesta infantil de las Pascuas
fue más publicitada que su visita a la Casa Blanca. “Ese pintoresco
acontecimiento tuvo más visibilidad que la visita de la presidenta de la
sexta economía del mundo”, se quejó la prensa brasileña que contrastó
la recepción a Dilma con la que reciben los presidentes de China, Rusia o
India .
Lo más destacado de la cumbre de Cartagena fueron los papelones y los
chismes. Shakira se equivocó en varias estrofas al cantar el himno de
Colombia. Doce miembros del servicio secreto de Obama debieron regresar
antes de tiempo por un escándalo con prostitutas a las que se negaron a
pagar. “Es el peor escándalo en la historia del servicio secreto”,
escribió The Washington Post .
¿La última cumbre?
La historia de las Cumbres de las Américas es tan breve como
significativa. La primera fue propuesta por Bill Clinton y se realizó en
diciembre de 1994, en Miami, en un clima dominado por el Consenso de
Washington en el que la región coincidía con los postulaos de la Casa
Blanca que utilizó la plataforma para lanzar el ALCA (tratado de libre
comercio continental).
El descarrilamiento vino con la IV Cumbre realizada en noviembre de
2005, en Mar del Plata, cuando Estados Unidos no pudo imponer el ALCA
ante la negativa del Mercosur y Venezuela. La V Cumbre realizada en
Trinidad y Tobago, en 2009, fue mero trámite ya que recién comenzaba la
presidencia de Obama.
La VI Cumbre de presidentes fue otra cosa. En primer lugar, la región
no está dividida sino unida: contra la discriminación de Cuba, contra
la guerra de las drogas y a favor de la descolonización de las islas
Malvinas. En segundo, mostró que la región está ya madura para andar
sola, sin la “injerencia” de Estados Unidos y Canadá. En tercero, que
Estados Unidos está aislado y que son muy pocos los países que lo
siguen: apenas México y Chile, pero con bajo perfil.
Las inasistencias de Rafael Correa, Hugo Chávez y Daniel Ortega
hicieron menos ruido que la temprana retirada de Cristina Fernández y
Evo Morales. Pero lo más notorio fue el abandono de Dilma Rousseff quien
suspendió la cita que tenía con el anfitrión Juan Manuel Santos por
“razones de agenda”. El presidente colombiano debió decir a quien
quisiera escucharlo que la cumbre “no fue un fracaso”.
El principal cambio que explica semejante viraje fue el despegue de
la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) formada en
febrero de 2010. La creación de este organismo sin la presencia de
Canadá y Estados Unidos, que se venía gestando desde tiempo atrás,
comenzó a cobrar cuerpo meses después del notable fracaso de la OEA para
resolver la crisis provocada por el golpe de Estado en Honduras en
junio de 2009.
La Declaración de Cancún, suscrita al crearse la CELAC, apunta la
necesidad de “profundizar la integración política, económica, social y
cultural de nuestra región”, defender el “multilateralismo”, promover la
integración regional y la creación de una nueva arquitectura financiera
regional, incluyendo la posibilidad de realizar pagos en monedas
nacionales y evaluar la creación de una moneda común.
La soledad de Obama
Un reporte de la agencia anglosajona Reuters enfatiza que el
presidente de los Estados Unidos “salió de la cumbre aislado”, lo que
revela “la disminución constante de la influencia de Washington en una
región que se ha vuelto menos dependiente del comercio y las inversiones
de Estados Unidos, gracias tasas de crecimiento económico que son la
envidia del mundo desarrollado y las nuevas oportunidades de sus
relaciones con China” .
El reporte menciona la crisis de la OEA, ya que es visualizada como
un instrumento de la política estadounidense durante la guerra fría y
sostiene que los países de la región están protagonizando “una rebelión
contra Estados Unidos”. Más aún, sostiene que la cumbre de Cartagena
representó “una victoria diplomática de La Habana”.
No sólo la exclusión de Cuba es insostenible. La guerra contra las
drogas, que fue el eje de la política de Washington para la región desde
la caída del muro de Berlín, es cuestionada por casi todos los países.
Obama debió empeñarse a fondo contra la propuesta del presidente de
Guatemala, Otto Pérez Molina, para descriminalizar el consumo, regular
la producción y el comercio, y endurecer las penas a los traficantes .
Un reciente informe del Instituto Internacional de Estudios
Estratégicos, con sede en Londres, sostiene que la guerra contra las
drogas creó una “amenaza para la seguridad internacional” que obliga a
buscar alternativas a las políticas actuales .
El documento titulado “Drogas, inseguridad y Estados fallidos: los
problemas de la prohibición”, examina las políticas centradas en la
prohibición de las últimas cuatro décadas y concluye que no han impedido
la producción, el tráfico y el consumo de drogas, pero han provocado un
aumento de la violencia y la inestabilidad en el mundo.
“La prohibición ha fracasado en reducir el consumo mundial de drogas e
involuntariamente ha regalado este comercio de miles de millones de
dólares a criminales organizados”, dijo Nigel Inkster, director de
Amenazas Trasnacionales y Riesgos Políticos del prestigioso centro de
estudios británico y coautor del estudio junto con la investigadora
Virginia Comolli .
La presión contra el narcotráfico desplazó la producción y llevó a
los narcotraficantes a buscar nuevas rutas en territorios hasta entonces
inexplorados, con lo que las áreas de inestabilidad crecen sin cesar.
Por eso pide un “debate mundial urgente” para estudiar todas las
alternativas posibles al régimen de prohibición actual, incluidas la
legalización y la despenalización.
Greg Grandin, profesor de Historia Latinoamericana de la Universidad
de Nueva York, dijo que “los dos principales pilares de la política
exterior estadounidense (profundizar el neoliberalismo y aumentar la
militarización con respecto a las drogas) continúan en pie, se
retroalimentan y han generado una gran crisis en el corredor que va
desde Colombia, pasa por América Central y llega hasta México” .
Aunque muchos reconocen que la política antidrogas fue un desastre,
incluyendo al presidente Santos de Colombia que pide cambios, Obama se
empeñó en rechazar la legalización que le sugirieron varios países.
Cuando Dilma pidió “relaciones entre iguales”, recordando que “en el
pasado relaciones asimétricas entre norte y sur han sido responsables
por procesos muy negativos”, estaba interpretando el sentido de la mayor
parte de los presidentes .
Sin política alternativa y habiendo perdido el papel de principal
mercado de América Latina, Estados Unidos debe contemplar cómo la CELAC
comienza a sustituir a la OEA como foro para debatir y resolver los
problemas de la región.
Cuestión de petróleo
Según el diario británico The Guardian, los estadounidenses parecen
“prisioneros de otra era” en sus relaciones con la región y el mundo .
En su propio país, Obama debe escuchar voces como la del director del
WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos), Geoff Thale,
quien sostuvo que “esta cumbre fue un recordatorio, un llamado de
atención, que la forma tradicional de hacer negocios vis-á-vis de la
región se está erosionando”. Esa había sido la opción estratégica de
George W. Bush ante el fracaso del ALCA.
Luego de Cartagena la secretaria de Estado Hillary Clinton desembarcó
en Brasilia, donde no pudo tener una reunión privada con Dilma, quien
la derivó a Graça Foster, presidenta de Petrobras. Clinton manifestó que
el sector de los hidrocarburos es el principal punto de interés en sus
relaciones con Brasil ya que desean aumentar su participación en la
explotación del petróleo en la plataforma marítima.
“Me quedé muy contenta de encontrarme con la presidenta de Petrobras y
discutir el fabuloso futuro que tiene Brasil debido a las reservas de
petróleo”, dijo al destacar su “gran interés” en establecer un tratado
de libre comercio con Brasil .
Quizá por ese interés fue que Clinton evitó pronunciarse sobre la
estatización del 51% de YPF por el gobierno de Cristina Fernández, para
disgusto de Mariano Rajoy. En este punto se cruzan dos hechos. Uno, el
descubrimiento de enormes reservas de gas de esquisto (shale gas) en
Vaca Muerta, Patagonia argentina, que ascienden a más de 22.000 millones
de barriles equivalentes al petróleo, lo que convierte al país en la
tercera reserva mundial de hidrocarburos no convencionales.
Dos, no faltarán candidatos de los países emergentes que deseen
participar en la explotación de esos campos, entre ellos Petrobras, la
rusa Gazprom y sobre todo las empresas chinas. Tres, según Financial
Times la segunda petrolera china, Sinopec, estaba interesada en comprar
la parte de Repsol en YPF por 15.000 millones de dólares .
Pero la principal muestra del agudo cambio geopolítico está en
quiénes son hoy los que pueden invertir y tener, por lo tanto, peso
político en la región. China acaba de informar que en los tres primeros
meses de 2012 su inversión extranjera directa creció un alucinante 94,5
por ciento respecto a 2011 .
El gigante asiático ya tiene fuertes inversiones petroleras en
Brasil, donde Sinopec compró el 40 por ciento de Repsol en 2010 y el 30
por ciento de Petrogal en 2012, donde ya hay 15 mil millones de dólares
invertidos por los chinos en petróleo. Además, tiene cuantiosas
inversiones petroleras en Venezuela que está reorientando sus
exportaciones de los Estados Unidos a China.
Una potencia en dificultades
Nadie sabe muy bien qué caminos va a adoptar la Casa Blanca en sus
relaciones con América Latina. Lo que dejó al descubierto la IV Cumbre
de las Américas es que ya no ejerce un papel de liderazgo en la región.
Ni sus aliados más cercanos, como Colombia, comparten ya la política de
guerra contra las drogas.
En efecto, el presidente Santos defendió tanto la inclusión de Cuba
en las cumbres de las Américas como el inicio de una discusión sobre la
guerra contra las drogas al inaugurar la cumbre .
Debe recordarse que la guerra contra las drogas vino a sustituir al
comunismo como el enemigo principal a combatir. Pero cuando esa política
ha fracasado, no aparecen nuevos enemigos lo suficientemente creíbles
como para conseguir consensos en la región.
Para peor, la percepción dominante es que Estados Unidos promueve la
militarización, mientras la potencia ascendente, Brasil, practica una
diplomacia “muy sofisticada” según Riordan Roett, profesor de Johns
Hopkins y autor de “The New Brazil” . A diferencia de otros países
emergentes, “Brasil no tiene casi ningún conflicto de fronteras”, lo que
le permite un ascenso sin grandes oposiciones.
En los próximos años las cosas pueden empeorar para la potencia en
decadencia. En opinión del Laboratorio Europeo de Anticipación Política,
un think tank francés cercano a François Hollande, su elección como
presidente acelerará las transiciones geopolítica que vivimos desde 2008
.
Este análisis sostiene que los cinco años de Nicolás Sarkozy se
caracterizaron por “una subordinación sin precedentes en la historia
reciente del país al dominante poder estadounidense” . Más aún: asegura
que el único período de abandono de soberanía similar fue durante el
régimen de Vichy, cuando Francia se subordinó al régimen nazi.
Con el triunfo de Hollande se producirán dos hechos que tendrán gran
repercusión en América Latina: la afirmación de Francia en una política
de independencia europea como “prioridad estratégica”, y el acercamiento
a los países emergentes para establecer una alianza Europa-BRICS .
Esa alianza está avanzando muy rápido. Brasil y China tienen un
importante acuerdo de cooperación espacial. India y Brasil están
formando una alianza estratégica de sus industrias de defensa para la
cooperación en la producción de aviones de combate y submarinos .
Francia tiene acuerdos estratégicos con India y Brasil para traspasar la
tecnología de punta que ambos necesitan para sus industrias militares.
Raúl Zibechi es analista internacional del
semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos
sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a
varios grupos sociales. Escribe el “Informe Mensual de Zibechi” para el
Programa de las Américas.
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