lunes, 2 de abril de 2012

Obama, Malvinas y la Cumbre de las Américas



30 años después / Estrategia oficial para la Cumbre de las Américas

El Gobierno busca que EE.UU. se defina por la causa Malvinas

Por Martín Dinatale | LA NACION
La Argentina buscará cosechar un nuevo hecho de alto impacto para la diplomacia internacional por la causa Malvinas. La jugada tendrá como escenario central la VI Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, y apuntará a un objetivo específico: instar a los Estados Unidos a definir una postura por el reclamo de la Argentina en la soberanía de las islas.
La presidenta Cristina Kirchner estará en Colombia el 14 y el 15 del actual junto con otros 33 jefes de Estado en la cumbre hemisférica donde piensa sumar un fuerte apoyo regional por las Malvinas. Para cuando llegue a Cartagena ya tendrá armada una red de la diplomacia regional en la que prevé sustentar su embestida contra Washington.
"Hay una firme intención del gobierno argentino para que en la Cumbre de las Américas se incluya en el documento final una cláusula de fuerte apoyo regional y de los Estados Unidos al reclamo por la soberanía en las Malvinas y se cuestione la presencia militar de Gran Bretaña en el Atlántico Sur", explicó a La Nacion un destacado funcionario de la Cancillería.
Por lo pronto, tanto el canciller Héctor Timerman como Rafael Follonier, un funcionario con buenos lazos en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, empezaron desde hace un mes una ardua tarea silenciosa para convencer a los 33 países que asistan a Cartagena de que den un fuerte apoyo en la causa Malvinas. Follonier se reunió con varios presidentes de la región, igual que Timerman.
La estrategia que se viene conversando con los países de la región es instar al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a tomar una definición del tema. Es que la administración norteamericana no se movió un centímetro hasta ahora de su histórica postura: es decir, que el tema responde a un conflicto bilateral que deben resolver ambas partes en las Naciones Unidas o en otros foros internacionales sin intervención de otros países. Fuentes del Departamento de Estado confirmaron a La Nacion que Obama mantendrá una postura neutral y en la cumbre de Cartagena podría abstenerse en este punto del documento. En esa línea se definió Washington después de la reunión que Obama tuvo hace un mes con el primer ministro británico, David Cameron.

Maniobra

La maniobra de la presidenta Cristina Kirchner en Colombia podría dejar solos a Obama y Canadá, que suscribe la misma postura que Estados Unidos. En este sentido, se prevé que la Casa Blanca emita su respuesta tradicional en este tipo de cumbres y no acepte firmar una declaración que contemple una cláusula para "casos bilaterales".
"Vamos a reeditar el clima de la cumbre de Mar del Plata", expresó con ironía un destacado funcionario de la Casa Rosada. Se refería, así, a la reunión de presidentes que se realizó en 2005 en la Argentina, donde George W. Bush se retiró ofuscado porque Néstor Kirchner y varios presidentes de la región rechazaron de plano la posibilidad de sellar un acuerdo por la Asociación de Libre Comercio de las Américas (ALCA) con Washington.
En línea con el plan de Cristina Kirchner, la canciller colombiana y anfitriona de la cita, María Angela Holguín, confirmó que en la cumbre "se acogerá la petición de debatir sobre esas islas del Atlántico Sur bajo soberanía británica, tal y como lo planteó Ecuador".
No obstante, ayer se evaluó en el Gobierno que el clima con el que llegarán varios presidentes a Colombia no es el mejor respecto de la visión de la Argentina. La queja que 40 países (muchos de ellos latinoamericanos) presentaron ante la OMC por las trabas a las importaciones generan un malestar que no estaba previsto.

Los planes de la Casa Rosada

  • El plan. Con el visto bueno de Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y varios funcionarios gestionaron un apoyo a la Argentina en el documento final de la IV Cumbre de las Américas. La intención es instar a Washington a que se defina y respalde los reclamos de soberanía argentina en las Malvinas, y cuestione la "militarización" británica en el Sur.
  • La posición. Los Estados Unidos tienen una histórica postura diplomática respecto de la discusión por Malvinas y es que se trata de un conflicto bilateral. No aceptará firmar una cláusula que contemple el tema Malvinas. Obama lo planteó así tras el encuentro que mantuvo hace menos de un mes con el primer ministro británico, David Cameron.

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