jueves, 12 de abril de 2012

EEUU y la Cumbre de Cartagena


Encuentro en Cartagena

Obama, ante un nuevo desafío en la cumbre regional

Sus pares americanos esperan definiciones concretas sobre Cuba y el narcotráfico
Por Silvia Pisani  | LA NACION

CARTAGENA DE INDIAS, Colombia.- Dos cosas lo esperan aquí seguro al presidente Barack Obama : una guayabera y una clase de cumbia, obsequios de bienvenida.
Lo otro que seguro encuentre tal vez no sea tan grato, ante la notoria soledad de opinión que su gobierno enarbola frente a los dos temas centrales de esta VI Cumbre de las Américas , esto es: la despenalización del consumo de drogas y la apertura a Cuba de este foro.
"Lo que el presidente hará será alentar la democracia en la región y el comercio entre países", dijo Dan Restrepo, asesor personal de Obama para temas de América latina.
Suele ocurrir -y es una de las cosas que más se le cuestionan a la Cumbre- que por mucho que Obama hable de relaciones "entre socios", el presidente de Estados Unidos sigue siendo la estrella de estos encuentros.
La que, a partir de mañana, se desarrollará en esta tierra -la geografía literaria favorita de Gabriel García Márquez para varios de sus relatos y personajes- no será excepción: lo que aquí diga o deje de decir Obama será mirado por los otros 32 presidentes que prometieron asistencia, entre ellos, la argentina Cristina Kirchner.
De eso es consciente Restrepo, que, junto al vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, compartió una conferencia telefónica desde Washington con periodistas y corresponsales que siguen la relación con América latina, entre ellos, LA NACION.
"Para nosotros es mucho lo que ha cambiado y lo que se refuerza con esta nueva participación del presidente Obama en una cumbre", dijo Restrepo. Aludía así a lo que definió como "un giro radical" en la percepción del gobierno de los Estados Unidos en la región.
"Cuando Obama llegó a la Casa Blanca, la opinión del gobierno norteamericano en América latina era bajísima y eso hoy ha cambiado por completo. El presidente cuenta con una muy alta imagen en la región y eso tiene que ver con la forma en la que hacemos las cosas."
Pero el Obama que llega a esta cumbre no es el que desembarcó en abril de 2009 en Trinidad y Tobago, donde se encontró con la enorme expectativa regional ante el comienzo de su gestión como presidente.
"Si algo sabe Obama es que, cuando mañana ponga un pie acá, el recibimiento de sus 32 colegas no será, ni de lejos, igual de caluroso que el de aquella ocasión", dijo el politólogo venezolano Moisés Naím. Lo que se espera de Obama son definiciones concretas. Pero con una campaña electoral por delante, no parece dispuesto a arriesgar el pellejo, sino más bien a prodigarse en gestos de interés y simpatía que subrayen su "interés" por la región. Algo que, después de todo, también podrán valorar los millones de hispanos que votarán en los comicios presidenciales de noviembre.
Las demandas sobre la presencia de Cuba y sobre la despenalización de la droga parecen ser las primeras víctimas de esa situación. De las palabras de Restrepo se desprende que no hay que esperar grandes modificaciones de rumbo. "La ruta para que Cuba vuelva a unirse a la comunidad interamericana ya está trazada. Lo único que tienen que hacer sus autoridades es seguir ese camino", dijo Restrepo. Aludió así al cumplimiento de la Carta Democrática de la OEA, que impone un gobierno de esa naturaleza como requisito básico para que un país se integre al sistema.
En eso chocará Obama con la posición de la mayoría de sus pares, entre ellos Kirchner y Dilma Rousseff, de Brasil. La posición, en ese sentido, es que ésta sea la "última Cumbre de las Américas sin Cuba" porque si no "ya nadie querrá venir", reconoció la canciller colombiana María Angela Holguín.
El otro punto es la despenalización del consumo de drogas. Colombia, el anfitrión, es el principal productor de cocaína del mundo y el que sufre la violencia del narcotráfico. Estados Unidos está reconocido como el principal consumidor. Pero rechaza despenalizar el consumo como mecanismo para terminar con la razón de ser de las temibles mafias que la trafican.
¿Qué es lo que queda para la cumbre entonces? "Necesitamos a la región", reconoció el coordinador de la Cumbre de las Américas del Departamento de Estado, John Feeley, quien clamó, además, por "profundizar las asociaciones" esbozadas en Trinidad. La idea es potenciar los temas en los que sí hay consenso: seguridad, cambio climático y lucha contra la desigualdad.
En particular, la Casa Blanca espera que el encuentro sirva para consolidar su ambición exportadora a la región. "El aumento de las exportaciones es parte de nuestra estrategia de crecimiento", dijo.
Obama deberá ser hábil para llevar el diálogo hacia donde más le interesa sin caer en las recriminaciones de sus pares. Un desafío digno de estas geografías caribeñas y de sus tramas, tan enredadas como atrapantes.

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