Entrevista al Director Académico de la Universidad Bolivariana de Venezuela
El proceso político y social que se viene desarrollando en Venezuela en los últimos años es sin duda uno de los más interesantes y complejos de América Latina. Mientras en muchos países triunfan en las elecciones candidatos reformistas, no estrictamente alineados con Estados Unidos, pero renuentes a siquiera plantear transformaciones en las estructuras económicas y políticas heredadas del llamado “neoliberalismo”, en Venezuela se produjo una transformación más radical, que los propios protagonistas llaman la “revolución bolivariana”. Puntal de la resistencia al imperialismo estadounidense en América Latina, Venezuela empezó a hablar del “socialismo del siglo XXI”, que más allá de sus ambigüedades, puso sobre la mesa un debate que había perdido fuerza en los últimos años. En el año 2006, en el marco del VI Foro Social Mundial, tuvimos la oportunidad de conocer a Julio Vivas, Director Académico de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). El 29 de enero de 2006 mantuvimos una larga charla con él, que nos contó, desde su perspectiva de actor-participante, cuál fue el proceso que llevó al triunfo de Hugo Chávez y al actual proceso político.
A continuación, transcribimos un fragmento de la entrevista, sobre PDVSA y el golpe de Estado de abril de 2012, del cual se cumplen hoy 10 años.
La madre de todas las batallas: PDVSA
Julio Vivas: “Inicialmente, la cuota de poder más importante de los sectores oligárquicos es la propia empresa petrolera, PDVSA. Durante 1999, 2000, 2001 el presidente no toca la empresa petrolera. La empresa tiene un presidente, que cambiaban entre ellos. Era autónoma, un país dentro del país. Esa empresa le rendía unos beneficios al estado que eran más del 50% del presupuesto del país. El 2001 es un año en el que comienzan los enfrentamientos. Todavía no habíamos cristalizado ninguna de las misiones, todavía el presidente y el gobierno bolivariano tienen la expectativa de que podamos controlar el aparato del estado, los ministerios y comenzar a transformar el país, desde el aparato instalado y construido en la década anterior, durante el neoliberalismo y al servicio del neoliberalismo. Evidentemente eso no ocurre así, no podemos lograr esos cambios y es en febrero de 2002 cuando el presidente, para controlar la principal fuente de recursos del estado, decide cambiar al presidente de PDVSA. Al cambiar la presidencia de PDVSA nombra a un economista petrolero, que le venía siguiendo el paso a PDVSA desde antes del proceso de nacionalización, y había hecho denuncias junto a otros economistas petroleros de la época, que habían denunciado la falsa nacionalización. Sin embargo éste era un país que vivió de espaldas a la información que le habían suministrado estas personas, con los oidos y los ojos tapados: mientras haya algo del dinero que me venga del petróleo, estoy tranquilo. Cuando lo nombran presidente de PDVSA, la reacción inmediata de la directiva de la empresa es rechazar ese nombramiento. Algunos de los altos directivos de la empresa amenazan con renunciar, comienzas a hacer ataques y movilizaciones severas. A eso se suma el resto de la llamada “sociedad civil”, también criticando la situación, que había empezado con fuertes ataques al sector bolivariano desde 2001. En ese año el presidente creó los círculos bolivarianos y fueron inmediatamente atacados, considerados como círculos del terror, de la violencia. Sin embargo, paradójicamente, donde habían acciones violentas eran en las expresiones por parte de la derecha en la calle. Febrero de 2002, el cambio de presidente de PDVSA, dos meses después, el golpe de estado.”
El golpe de estado de 2002
J ulio Vivas: “El golpe de estado, entre otras cosas, iba a reconocer que la empresa PDVSA tenía toda la potestad para designar a sus autoridades en forma regular. Esto quiere decir que el golpe de estado estaba en ese camino. Disolvió el congreso y todas las cosas que ya son bastante conocidas. Sin embargo, en las ecuaciones de la derecha no entró el pueblo. Y al no entrar el pueblo, ese pueblo, que hasta el momento sólo tenía la nueva constitución, las leyes habilitantes y un sueno expresado ahí. Pero ya se había identificado con esas propuestas del presidente y sale a la calle masivamente el 12 y el 13 de abril. Estamos hablando de 5 o 6 millones de personas movilizándose en todo el país, reclamando la presencia del presidente. Entonces se produce una reversión inmediata del proceso, el presidente es restituido. La derecha todavía está tratando de hacer estudios de diferente naturaleza, buscando alguna explicación de cómo ocurrió este proceso. Nuevamente no fueron los partidos los que estuvieron a la cabeza del proceso. Fue una movilización de calles, una movilización de las masas. Una inteligencia social que se puso en marcha, que comenzó a articular a todas esas personas que solamente tenían la constitución en las manos. Tal vez un gran impacto en la educación de las masas fue, desde su inicio, el programa “Aló Presidente”. El presidente, a través de ese programa, es el gran comunicador de este proceso bolivariano todavía. Tal vez uno de nuestros grandes defectos todavía es el proceso comunicacional. Y el presidente es un comunicador nato. Instala ese programa y sagradamente lo viene trasmitiendo todos los domingos. El objetivo central es educar, es pedagógico, es ir explicando todas las políticas de la revolución bolivariana para la población en lenguaje que entienda el habitante en cualquier lugar de Venezuela. Las personas comienzan a identificarse con ese hombre que habla su mismo idioma, su mismo lenguaje. Que les dice al pan, pan y al vino, vino, que llama a las cosas por su nombre, que se expresa con claridad, que dice lo que está haciendo, que no trata de ofrecer lo que no está haciendo, que va hablando de sus planes a medida que los va construyendo. Yo creo que todo eso es el motor que se enciende el 12 de abril y lleva a la población al rescate del presidente.”
(...)
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