El debate sobre el imperialismo volvió al primer plano. Como advierte Katz ya en la introducción de su último y polémico libro, tanto la acción guerrera estadounidense (Irak, Afganistán, Libia) como el desplazamiento económico hacia Oriente invitan a revisitar viejas teorías, pensarlas y reinterpretarlas para el mundo actual.¿Estamos viviendo el fin de la hegemonía estadounidense? ¿Vamos hacia un mundo multipolar?
Katz revisa, teórica e históricamente, los estudios clásicos para luego, críticamente, analizar las transformaciones operadas a lo largo del siglo XX. Se opone a las visiones ortodoxas, que postulan la continuidad del esquema leninista, pero también a las tesis globalistas, que descartan por obsoleto cualquier análisis del imperialismo. Superando estas visiones simplistas, el objetivo del autor es destacar la singularidad y las contradicciones que presenta la opresión imperial en los albores del siglo XXI.
El libro se divide en 15 capítulos. Luego de repasar aciertos y errores de los primeros teóricos del imperialismo, Katz analiza las mutaciones en la posguerra y en el período neoliberal. Define el papel de Estados Unidos como gendarme planetario y luego avanza sobre uno de los aspectos más interesantes y novedosos: la gestión colectiva y la asociación económica, lo que implica una coordinación (aunque acotada) de la tríada Estados Unidos-Europa-Japón. Esta nueva configuración, según Katz, no está exenta de tensiones y rupturas, sufre cooptaciones y fracturas. El papel de China y Rusia merece un análisis destacado y particular en el libro. Otro capítulo se ocupa del papel de las áreas estratégicas, central para entender la demolición de Irak, el conflicto palestino, la dominación de América Latina o los cambios en África.
Desde el marxismo, su actualización del debate sobre el imperio del capital incluye la revisión de distintas corrientes, tanto apologéticas como críticas. Descarta las visiones fatalistas y deterministas extremas, y reivindica la primacía de la acción política. Discute (y relativiza) el declive estadounidense, y explica por qué las rivalidades, a diferencia del período clásico, se ven atenuadas, haciendo muy difícil el estallido de una nueva guerra mundial. ¿Pueden Europa, China o los BRICS terminar con la hegemonía estadounidense? ¿Es viable una expansión cooperativa? Para abordar estos interrogantes es preciso comprender la ausencia de guerras (inter)imperialistas, la creciente mundialización del capital y la gestión geopolítica conjunta, fenómenos que transforman completamente las características de la dominación capitalista global.
Katz piensa y escribe con la perspectiva de superar el imperio del capital: le preocupan las resistencias. Por eso, concluye, es imprescindible entender la desigualdad que generan las conexiones centro-periferia. En esa línea, las viejas teorías son insuficientes. Es preciso problematizar sobre las semi-periferias, los BRICS entre ellas. Esa será la continuación de este libro, que es imprescindible para entender el conflictivo mundo actual.
Leandro Morgenfeld
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