Tras la reelección de Cristina, cómo será la relación con Estados Unidos
Profesor de la Universidad de Columbia. Director del Departamento de América latina en la Universidad John Hopkins. Consultor del Foro Mundial Económico de Davos. Ex asesor del Departamento de Estado y de la CIA.La reciente decisión de los Estados Unidos de votar en contra de otorgar préstamos a la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) fue vista como una respuesta de Washington a la falta de Buenos Aires de no cumplir con todas sus obligaciones financieras internacionales.
Argentina tiene deudas pendientes con el Club de París, los tenedores privados de bonos y las empresas que obtuvieron una compensación en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi). Si bien es probable que con el tiempo las solicitudes de préstamo sean aprobadas –Estados Unidos no tienen suficientes votos en el Banco Mundial o el BID como para bloquear la financiación–, el voto de la Casa Blanca es una clara señal de que la Argentina no es vista en Washington como miembro “bona fide” del G20.
Los 7.000 millones de dólares de deuda con el Club de París –de propiedad de los gobiernos– se encuentran en mora. Para saldar la deuda, se requeriría el uso de 7.000 millones de dólares de las reservas. Pero lo más complicado es la obstinación del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI). Argentina es el único miembro del G20 que se negó a aceptar el Artículo IV que fija una visita anual del Fondo para analizar el presupuesto y la agenda.
El Gobierno está en una situación difícil, debido al deterioro del frente externo, la fuga de capitales y las presiones hacia la depreciación de la moneda.
Ha habido una creciente preocupación en los círculos políticos de los Estados Unidos por la presión judicial en la Argentina sobre los analistas económicos independientes y los bancos y casas de inversión que atienden las cifras de inflación. La opinión generalizada es que la inflación en Argentina oscila alrededor del 20%; pero las cifras oficiales están en el rango de un solo dígito. Desde la destrucción del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha sido muy difícil para los inversores o analistas tomar en serio las proyecciones del Instituto. Pero no se trata sólo de la capacidad y voluntad del Gobierno para neutralizar el Indec; también se observa la forma en que el gobierno de Kirchner destruyó el Banco Central de la Argentina durante un conflicto con su presidente, Martín Redrado, en torno a la transferencia ilegal de las reservas del Banco al Gobierno central en el período 2009-2010. Otras decisiones, como la nacionalización repentina e inesperada de los fondos de pensiones del país, indicaron una falta de voluntad para reconocer la integridad de las instituciones nacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario